Guillermo Díaz Guerra, cabeza de lista y concejal electo del Partido Popular en Santa Cruz de Tenerife, aseguró ayer que el apoyo dado por los dos ediles de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento santacrucero, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, para que el pasado sábado la líder del PSOE chicharrero, Patricia Hernández, obtuviera la mayoría suficiente y ser elegida alcaldesa de la capital tinerfeña, al sumar también los votos favorables de los nueve concejales de su formación más el de los tres representantes municipales de Unidas Podemos, "responde al guión de un plan orquestado y bien definido desde hace al menos una semana", pero añadió que "no dudaba" de que dicha decisión para encumbrar a la candidata socialista a la Alcaldía se hubiera tomado "al día siguiente de las elecciones municipales" del pasado 26 de mayo.

En este sentido, Díaz Guerra sostuvo a este periódico que "el sábado por la mañana no se produjo nada que no estuviera en una hoja de ruta y estuviera por escrito desde hace, al menos, tres días [cuatro para el lector]. El concejal popular confirmó que tanto el PP como Ciudadanos habían acordado "ir de la mano" a la hora de negociar con aquellos partidos políticos que quisieran forman gobiernos, pero "se han reído de nosotros", manifestó.

Afirmó que "cuando llamó Coalición Canaria para negociar un posible pacto o acuerdo de investidura, fuimos a la reunión y CC nos hizo sus propuestas", sin embargo, aseguró que la formación naranja "no llamó" para avisarles de que Ciudadanos se iba a sentar con el PSOE y hablar de acuerdos, lo que para el edil popular debió de producirse al señalar que, en una conversación mantenida con la candidata socialista Patricia Hernández, ésta le reveló hace más de una semana que "no pensaba reunirse con el PP" porque ya tenía hecho su "pacto preferido, con Ciudadanos y con Podemos", aseveró Díaz Guerra quien añadió que "si no hubiera tenido un acuerdo para presentar su candidatura a la Alcaldía, nos hubiera presentado una propuesta formal, pero no lo hizo en ningún momento".

Asimismo, Díaz Guerra señaló que en una conversación que mantuvo con la edil de Cs Matilde Zambudio después de la votación del sábado pasado, ésta le aseguró que "votaron con la autorización de su formación política", por lo que ella "no comprendía la apertura de un expediente de expulsión de los dos concejales". E insistió en que Zambudio le dijo que "hacía una semana que tenía permiso para votar un pacto con Podemos y el PSOE". Díaz Guerra aseveró "tener testigos" de dicha contestación.

Por otro lado, Guillermo Díaz Guerra aseguró que el mismo sábado por la mañana, antes de entrar en el Ayuntamiento, la secretaria de Acción Institucional de Ciudadanos en Canarias, Teresa Berástegui, confirmó que los dos ediles de su formación tenían instrucciones de votarse a sí mismos al no haber cerrado un acuerdo con CC y PP. Sin embargo, y a preguntas del propio Díaz Guerra a Zambudio y Lazcano, estos le manifestaron que "no existía tal instrucción y como tenían autorizado votar con PSOE y Podemos, tiraban para adelante".

El popular señaló que hay dirigentes de Ciudadanos que se han pronunciado destacando su sorpresa por lo ocurrido en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, sin embargo opina que "lo que pretenden es blanquear una decisión aprobada por quien tenía que aprobarlo en esta formación".

Los votos de los dos concejales de Ciudadanos al PSOE a cambio de cargos en el grupo de gobierno municipal -la edil Zambudio fue nombrada primera teniente de alcalde y la propia Patricia Hernández anunció que le dará áreas de gestión- no parece que haya sentado muy bien entre las bases y algunos dirigentes de la formación naranja y menos cuando en dicho pacto ha participado Unidas Podemos. Por ello, Díaz Guerra auguró que no le extrañaría que en los próximos días "las colas en la sede de Ciudadanos para darse de baja del partido den la vuelta a la manzana" porque se lo "han confirmado personas de peso de esta organización que no están conformes con el acuerdo alcanzado en Santa Cruz. Esos militantes de Ciudadanos han señalado, según Díaz Guerra, que el pacto no fue ni consultado ni comunicado con la organización en Tenerife, sino que se habría gestado en otro sitio".