El presidente de la comunidad de vecinos del bloque 13 de Los Gladiolos, Juan Negrín, y miembros del bloque 14, denunciaron ayer la existencia de problemas de convivencia entre los residentes y los usuarios del Albergue, una situación que ha generado tensión en el ámbito de la urbanización, principalmente en el entorno de los bloques más cercanos a la calle Valle Inclán, justamente en donde se encuentra la infraestructura. Todo ello ha supuesto un caldo de cultivo que los afectados consideran "peligroso" si no se toman las medidas oportunas.

En este caso, varios de los residentes señalan que el albergue se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el entorno y dicen que sus usuarios han convertido los espacios y pasillos de la urbanización como puntos de encuentro para beber o para hacer sus necesidades. ¿El resultado? Pues basuras, desperdicios y lateríos por los jardines, malos olores y excrementos en determinados puntos.

Cansados de la situación, varios de los residentes reclamaron ayer al Ayuntamiento de Santa Cruz "medidas para que la situación no se desmadre porque la gente ya está cansada de vivir día tras día todo esto. Al final los perjudicados somos nosotros que vemos como poco a poco la convivencia se hace insoportable", señalaron el presidente de la comunidad de vecinos del bloque 13, Juan Negrín, y Esteban Delgado, miembro del bloque 14.

"Es lamentable lo que vivimos en los bloques 12, 13 y 14, pero también en la parte alta, en los 2, 3 y 4. Estos señores cuando no están en el albergue se meten en la urbanización. No pasaría nada si solo entran, pero el problema es que allí hacen vida. Mire aquí -señala Juan a una de las jardineras-, está lleno de papeles, latas de cerveza y excrementos. Y por supuesto, este mal olor no es precisamente a flores", ironizó.

Por ejemplo, en el pasillo del bloque 11, junto al colegio público Los Verodes, llama la atención de que "los residentes ya no se asoman a las ventanas por el riesgo de tener a la vista a algunos usuarios del albergue haciendo sus necesidades o limpiándose de todas las formas", añadió Esteban.

Consideran que la degradación del barrio se ha producido durante los últimos años, recordando que "la entrega de las viviendas se produjo en 1977. Antes el Albergue era un comedor social y estaba la capilla de Don Cristóbal y ahora se ha convertido en un hotel y los alrededores en un parque temático que se ha degradado con el tiempo".

"Hasta tal punto que casi todos los pequeños comercios han cerrado, el colegio ha perdido entradas (recordaron que fue cerrado el acceso por Valle Inclán) y mientras que los vecinos tenemos que sufrir la situación de personas que están en la calle, el ayuntamiento no hace nada de nada", añadieron los denunciantes.

Tanto Negrín como Delgado, a los que se les unieron vecinos apoyándoles mientras recorrían el barrio, dicen que "no se trata de racismo o clasismo, sino de sentido común. Si eso supone que digan que somos una cosa o la otra, pues lo seremos, pero no he visto a nadie de los que señalan que somos insolidarios y pedir que se lleven el Albergue a sus barrios".

Juan Negrín y Esteban Delgado advierten de que "el barrio está cansado de vivir día tras día los problemas de convivencia que se generan" y advierten muy seriamente que "se podría producir una situación social que sería muy complicada de gestionar y se podría escapar de las manos".

Por otra parte, los denunciantes y los vecinos que se incorporaron criticaron el estado en el que se encuentra el interior de la urbanización, "ya que no es solo que ensucien, sino que luego no se limpie. Pensamos que el ayuntamiento debería enviar más operarios de limpieza y de jardines por la propia necesidad. Hay imbornales colapsados por la hojarasca y basuras, palmeras sin podar y jardineras completamente abandonadas", señalaron.

Proyecto de integración

El concejal de Atención Social en funciones, Óscar García, aseguró ayer que "Santa Cruz de Tenerife promueve desde el pasado febrero un proyecto de integración en el entorno urbano del albergue para potenciar y estimular la convivencia de los vecinos de Azorín, Los Gladiolos, Verodes y Buenos Aires con la realidad cotidiana del albergue de la ciudad". Recordó que se trata de "un proyecto pionero que desarrolla un equipo multidisciplinar formado por especialistas de la asociación Mojo de Caña, que trabaja sobre el terreno con el movimiento asociativo, los comerciantes, los centros educativos del entorno del albergue a fin de conciliar, compatibilizar y mejorar la calidad de vida".

Involucración social

Óscar García apuntó que "con este proyecto vamos más allá de las políticas sociales habituales al proponer un modelo abierto, que involucre a los vecinos del barrio y al conjunto del entorno socioeconómico donde se ubica el albergue", tratándose de un plan que "responde a una demanda de la ciudadanía de las proximidades del albergue, que entiende la importancia del albergue y los servicios fundamentales que ofrece a vecinos o personas de fuera de Santa Cruz de Tenerife que carecen de medios propios. Pero también reclama, con razón, el uso y disfrute correctos de los espacios públicos de la zona.

Diagnóstico general

El edil de Atención Social afirmó que "el diagnóstico de situación efectuado que fundamenta esta actuación pone de manifiesto que el tránsito y permanencia de un número importante de personas en este entorno genera en ocasiones conductas poco cívicas. Esta casuística ha provocado alteraciones en el uso de los espacios públicos con la consiguiente retracción de los vecinos en el disfrute de plazas y parques, que se quejan respecto al mal uso del mobiliario urbano, de descuido y suciedad en las calles". Por otra parte, también se señala que existe "incomprensión" por desconocimiento por parte de los vecinos sobre las realidad sociales, entre otras cuestiones.