Al frente del colegio La Salle San Ildefonso desde comienzos del actual curso escolar, Carlos Baucells es el primer seglar que dirige el centro docente de la capital, cuestión a la que le resta importancia porque es una fórmula que ya se ha aplicado en otros colegios.

Celebran este año el 300 aniversario del fallecimiento de San Juan Bautista de La Salle.

En todos los centros de España y Portugal, que formamos una región dentro de la institución, marcamos tres momentos en el año para celebrar el tricentenario. El primero fue en noviembre, con un acto interno con todos los alumnos y familias, y el de el pasado martes (14 de mayo) en el pabellón Quico Cabrera fue el segundo. En este nos abrimos mucho a la sociedad.

Restaría la peregrinación a Candelaria.

Sí. Ese es un acto nuestro, que no está marcado en el calendario de toda España. Nos uniremos los dos colegios, Santa Cruz y La Laguna, para peregrinar hasta Candelaria y dar a conocer el tricentenario a la sociedad.

¿Se pensó en invitar a alguna delegación de otros centros?

Están invitadas algunas personas representantes de los hermanos de la institución en España. Pero es complicado traer gente de fuera.

¿Qué balance hace de estos primeros ocho meses como director del colegio?

Ser director es algo más de lo que uno piensa. De los 24 años que llevo en el colegio, 20 he sido secretario y administrador del centro, por tanto hay muchas cosas que no me sorprenden porque las conozco. Pero tomar la última decisión es una responsabilidad un poco más grande que aconsejar o dar tu opinión. Hay mucha labor de relaciones personales, con padres, alumnos, profesores... Es decir, menos burocracia, pero más responsabilidad de ayudar a todos para que nuestro mensaje y nuestra idea salga adelante.

Es el primer director seglar de La Salle San Ildefonso. ¿Implica una mayor responsabilidad?

Se afronta con el apoyo de mi familia. Si no lo hubiera hecho sería imposible. Hay momentos en el que el trabajo absorbe más de lo que debería. Pero para mí es un orgullo que los hermanos hayan decidido que yo pueda dirigir este colegio y estoy muy agradecido. Pero independientemente de que seas seglar o no, hay mucha responsabilidad.

Lo digo por si se pudiera pensar que podría producirse una pérdida de religiosidad.

Se puede pensar, pero aquí están lo mismos hermanos del año pasado, cuando había un director hermano de La Salle. En el sector Madrid, al que pertenecemos nosotros, hay quince colegios y en muchos de ellos hay directores seglares. Sin ir más lejos, en La Laguna, hasta el año pasado, tuvo un director seglar. Y la experiencia no ha sido mala.

O sea, que es más normal de lo que parece.

Además de por necesidad, debido a que cada vez hay menos vocaciones de religiosos, en La Salle, desde hace muchos años, se viene hablando y trabajando la misión compartida. Es decir, que no es solo cosa de los hermanos, sino también de los colaboradores que creemos en el mismo mensaje de San Juan Bautista.

¿Existe riesgo en el futuro de que se pierda el concepto religioso y, por tanto, el sueño de San Juan Bautista por esa falta de vocación?

Riesgo podría haber, pero, gracias a Dios, en La Salle tenemos gente que colabora, que apoya y que echa para adelante independientemente de ser hermano o no. En todo caso, el riesgo es pequeño. Las familias siguen apostando por este colegio de forma importante. Seguimos siendo un centro medianamente referente en Santa Cruz y trabajamos para seguir estando ahí.

¿Cómo calificaría el trato de la ciudad con el colegio?

Excelente.

¿Pudo cambiar la imagen que tenía la sociedad del colegio por el conflicto urbanístico derivado de la expansión del inmueble?

Pienso que no, aunque puede que haya gente que lo haya pensado. En cuanto a lo que nosotros vivimos diariamente, si eso lo podemos valorar en función de las familias que han entrado en el colegio o que han querido entrar, creo que no ha afectado en nada. Pero es triste que salgas en primera plana por cosas así. Es injusto.

Resuelto casi definitivamente el problema con el levantamiento de la suspensión del PGO, ¿el colegio estudia ahora algún tipo de reclamación?

No puedo informar sobre ello. Esa parte del problema está controlada por el equipo jurídico que tenemos en Madrid, que son los que han seguido todo el proceso y han ido tomando las decisiones pertinentes.

¿Confiaba en que se resolviera el problema a favor del colegio?

Sí, siempre pensé que había una solución. Lo que aporta todo eso a la ciudad es importante. Y no es una cuestión de lucro. Recuperar esa inversión no se hace en pocos días. Posiblemente, yo no lo veré, ni el próximo director tampoco. No es una cuestión de beneficio para el centro.

¿A qué aspira en este mandato de cuatro años que ha comenzado?

A mantener el nombre del colegio en la ciudad; a que lo que se vive aquí dentro sea cada vez mejor, más familiar y más cercano a la idea de San Juan Bautista de La Salle. Es decir, seguir educando buenas personas. En el fondo, mi misión es continuar lo que los anteriores directores han iniciado o continuado.