Hace poco un tribunal de justicia belga condenó a los padres de un niño pequeño por homicidio.

La pareja había decidido criar a su hijo con una dieta vegana donde los ingredientes principales eran leches vegetales sustitutivas de la leche de vaca, arroz, quinoa y trigo sarraceno.

El niño murió. Los peritos médicos dictaminaron que el fallecimiento fue debido a una desnutrición severa.

En Italia un tribunal dictaminó que un niño pequeño fuese separado de sus padres y entregado a los servicios sociales.

La razón fue que habían decidido criarlo con una dieta vegana que terminó con el pequeño internado grave en un hospital, con tan bajos niveles de algunos nutrientes esenciales que a duras penas consiguió sobrevivir.

Por supuesto estos ejemplos son casos extremos. Pero desgraciadamente no son los únicos, ni mucho menos.

¿Qué dice la ciencia sobre los veganos o vegetarianos?

La realidad con la que convivimos hoy es que el número de veganos y vegetarianos no deja de aumentar significativamente de año en año en las sociedades modernas.

Por eso debemos preguntarnos sobre si cambiar una dieta omnívora por una vegetariana o vegana puede resultar peligroso, especialmente para los niños más pequeños.

Pero la ciencia, que puede dar respuestas acertadas a una serie de problemas, necesita tiempo para investigar.

Y todavía están en curso numerosas investigaciones para contestar con total seguridad a la pregunta de si es mejor una dieta vegana, vegetariana u omnívora, por lo que en los próximos años se irá sabiendo más sobre el problema y podremos afinar más la respuesta.

Pero ya hay una serie de trabajos científicos realizados con el máximo rigor que han empezado a aportar resultados de interés.

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Ventajas de los niños veganos o vegetarianos

Las buenas noticias para los veganos es que los niños criados con este régimen alimentario no muestran problemas de obesidad ni de sobrepeso, una lacra creciente entre quienes siguen dietas omnívoras en las sociedades modernas más ricas.

Sus niveles de colesterol también son significativamente más bajos que los que se dan entre niños omnívoros.

Y algo parecido, aunque a menor nivel, sucede con los niños vegetarianos.

Pero aquí se acaba lo bueno.

Problemas de los niños veganos o vegetarianos

Como media, los niños que siguen una dieta vegana son significativamente más bajos que los omnívoros.

Se observó que solamente entre los 5 y los 10 años de edad los niños veganos perdían como media casi un centímetro por año con respecto a los omnívoros.

Más grave resultó ser su pérdida de masa ósea.

Los huesos de los niños veganos tienen una densidad significativamente menor que la de los niños que siguen una dieta omnívora.

Y también los niños veganos experimentaron un significativo retraso en la pubertad.

En este sentido también los niños vegetarianos tienen una altura y un peso significativamente menores que los niños que siguen dietas omnívoras.

¿Y el desarrollo intelectual?

Es, sin duda, la pregunta que más preocupa a muchos expertos: ¿Una dieta vegana o vegetariana reduce en alguna medida el desarrollo intelectual de los niños?

Se trata de un tema en el que todavía se están realizando muchas investigaciones. Pero ya hay una serie de indicios preocupantes.

Una dieta vegana o vegetariana nunca mejora el desarrollo intelectual de un niño y en varios casos lo empeora significativamente.

  • Por supuesto no todos los niños que siguen una dieta vegana van a sufrir malnutrición severa, ni van a quedarse enanos, ni sufrirán retraso mental. Pero varios de ellos serán más bajos y menos inteligentes que si hubiesen llevado una dieta omnívora.

Alimentación completa, equilibrada y vegana ¿Es posible?

Una parte del problema está en que no todas las dietas veganas, vegetarianas u omnívoras son iguales.

Por ejemplo, aunque en determinadas dietas veganas predomina la ingesta de cereales, una “nueva moda” intenta sustituirlos por nabos y rábanos, basándose en la suposición de que los antiguos europeos comieron durante siglos básicamente rábanos y nabos.

Y es que, si bien resulta relativamente fácil llevar una alimentación completa y equilibrada siguiendo una dieta omnívora, conseguir esto con una dieta vegana es mucho más difícil, ya que un vegano necesita ingerir una gran variedad de plantas en sus debidas proporciones.

Por eso los médicos suelen recomendar a quienes quieren hacerse veganos que acudan a un buen especialista en ese tipo de dieta.

Porque es indudable que para racionar una dieta vegana saludable y completa para un adulto se necesita saber mucho. Y, además, los veganos necesitarán tomar determinados suplementos.

Pero todavía es mucho más difícil acertar con una dieta vegana adecuada para un niño.

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¿Somos genéticamente carnívoros?

En este punto es importante plantearnos por qué tenemos tantos problemas para seguir una dieta vegana y tan pocos con una dieta omnívora.

La clave está en quienes somos.

Vale la pena recordar unos datos:

  • Los cereales como el trigo y la cebada, así como leguminosas como las lentejas y los garbanzos, comenzaron a cultivarse en la región del creciente fértil hace unos 9.500 años.
  • El arroz y la soja se domesticaron en China hace algo más de 7.000 años.
  • El maíz se empezó a cultivar en Mesoamérica hace unos 10.000 años
  • Las patatas y habas en Sudamérica hace unos 6.000.
  • La caña de azúcar se domesticó en Nueva Guinea hace unos 7.000 años.

Sin embargo, los seres humanos de nuestra especie (Homo sapiens) se ganaron la vida como cazadores-recolectores durante la mayor parte de su historia. Y ya había Homo sapiens hace más de 250.000 años.

Los estudios más recientes con isótopos estables demuestran que la mayor parte de la dieta de un cazador recolector (entre el 70 y el 85% de lo que ingerían) era carne.

Así que durante 25 veces más tiempo del que lleva la agricultura fuimos unos omnívoros prácticamente carnívoros.

Además, nuestros ancestros evolutivos, las especies de Homo de las que descendemos, también eran básicamente carnívoros.

Cambios genéticos extremadamente lentos

El estudio de la evolución nos indica que en general las tasas de mutación son bajas. De aproximadamente una mutación por gen por cada millón de descendientes.

En estas condiciones solo las bacterias o los virus, que tienen tiempos de generación extremadamente cortos (de minutos) y poblaciones ingentemente grandes, pueden evolucionar muy rápido (como lo hace el coronavirus).

Pero los cambios genéticos en especies que, como la nuestra, tienen una vida larga y dejan pocos descendientes ocurren extremadamente lentos y necesitan muchas decenas de miles de años.

Por eso nuestra anatomía, fisiología y genética son, en esencia, las de un comedor de carne que eventualmente aprovecha otros recursos.

Seguimos siendo los carnívoros que fuimos cuando éramos cazadores-recolectores.

No es de extrañar que se nos hiciera tan difícil adaptarnos a la agricultura.

La relación del veganismo con el cambio climático

Con la mejor de las intenciones mucha gente adopta una dieta vegana o vegetariana.

Una de las causas que lleva a muchos de ellos a volverse veganos tiene que ver con mitigar los graves problemas de cambio climático y de pérdida de la biodiversidad que nos afligen hoy en día.

  • Las plantas fijan CO2, pero los animales de granja lo emiten.
  • Los rumiantes liberan metano, un gas con un efecto invernadero mucho mayor que el CO2.
  • También buena parte de la destrucción de hábitats que eran puntos calientes de la biodiversidad, como la selva amazónica, se deben a la ganadería.

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Su relación con los problemas éticos

Otra de las causas, probablemente la más frecuente, que conducen al vegetarianismo y veganismo son los planteamientos éticos.

En las sociedades modernas el maltrato animal en cualquiera de sus formas genera un gran rechazo.

Así, mientras aumenta el sentimiento de que los animales deben tener derechos, el bienestar animal ocupa un lugar cada vez importante.

Pero para muchos no es suficiente, y deciden llevar una dieta vegetariana que, a su entender, impediría que millones de animales de abasto terminen en el matadero.

Otros muchos creen que ni siquiera resulta ético criar animales por su leche y huevos, y en consecuencia adoptan una dieta vegana rigurosa.

La relación con la salud

La tercera causa por la que la gente se hace vegetariana o vegana son los planteamientos de salud. Por decirlo escuetamente, están convencidos de que vivirán más y mejor.

En este sentido muchos de quienes se vuelven veganos o vegetarianos para mejorar su salud suelen sentirse mejor que cuando eran omnívoros, aunque en este caso sea difícil separar cuánto es efecto placebo y cuánto se debe a una mejoría real.

Decidamos a no seguir una dieta vegana o vegetariana, o seguir siendo omnívoros, deberíamos tener en cuenta que indudablemente los seres humanos somos muy diversos.

 A la gran mayoría les irá muy bien con la dieta omnívora para la que estamos biológicamente preparados.

Otros encontrarán saludable una dieta vegetariana.

Habrá quienes se sientan excelentemente siendo veganos.

Pero habrá quienes puedan tener más problemas con una dieta vegana o vegetariana.

Especial cuidado con los niños

En este sentido conviene no confundir las cosas.

Por más loables que sean las razones que tengamos para adoptar una dieta vegana, debemos tener mucho cuidado con los niños.

En el estado actual del conocimiento no sabemos los suficiente para asegurar que una dieta vegana sea completa para los niños más pequeños.

Por el contrario, estudios rigurosos indican que seguir una dieta vegana desde muy pequeños podría tener efectos adversos, al menos para algunos niños, en forma de un menor crecimiento, densidad ósea o menor desarrollo intelectual.

A medida que aumenten nuestros conocimientos sobre el tema será más seguro llevar una dieta vegana.

Porque por una parte podremos darles lo que necesiten en forma de suplementos.

Por otra, varios laboratorios de plantas están trabajando con modernas técnicas (edición genética por CRISPR, plantas modificadas genéticamente) para conseguir especies vegetales que acaben teniendo todas las sustancias que necesitamos en nuestra dieta.

Mientras tanto un poco de matemáticas sobre análisis de riesgos y relaciones coste-beneficio aseguran sin lugar a duda que no es una buena idea adoptar este tipo de dietas en niños pequeños.