¿Por qué aparece el bruxismo? Las claves que explican el rechinar de los dientes de Pedro Sánchez

El bruxismo es el hábito de apretar o rechinar los dientes, de día o mientras dormimos y no obedece a una sola causa

Los síntomas del bruxismo y los peligros del ‘rechinar de dientes’

Los síntomas del bruxismo y los peligros del ‘rechinar de dientes’

Santa Cruz de Tenerife

Muchas de las veces en las que el presidente Pedro Sánchez aparece en televisión, varios dentistas tiktokers se apresuran a analizar su sonrisa. Aseguran (sin diagnóstico oficial, pero fijándose en la forma de los incisivos y en la férula transparente que, dicen, se le ha visto en algunos primeros planos) que el jefe del Ejecutivo podría ser «bruxista» y usar un protector nocturno para no desgastar sus dientes.

Ese detalle anecdótico sirve para recordar hasta qué punto el bruxismo está extendido. Afecta, según los odontólogos, a entre un 10% y un 20% de la población adulta y se dispara en periodos de estrés. Pero ¿por qué apretamos los dientes sin darnos cuenta y qué se puede hacer para frenarlo?

Varias causas

El bruxismo es el hábito de apretar o rechinar los dientes, de día o mientras dormimos y no obedece a una sola causa.

Las investigaciones de los últimos años coinciden en que se trata de un trastorno multifactorial donde convergen elementos neurológicos, psicológicos, fisiológicos y de estilo de vida.

1. Estrés y ansiedad: el detonante más citado

La respuesta de alarma del organismo eleva la tensión muscular y facilita que, sin darnos cuenta, activemos los maseteros y temporales. Revisiones recientes sitúan el estrés crónico como el factor individual más repetido en estudios clínicos y encuestas poblacionales.

2. Microdespertares durante el sueño

En el bruxismo nocturno la actividad aparece ligada a microarousals: breves despertares de pocos segundos que alteran la fase REM y disparan la contracción mandibular. La literatura de sueño relaciona esos microdespertares con apnea obstructiva, ronquidos y fragmentación del descanso.

3. Genética y neurotransmisores

Varios estudios de neuroimagen sugieren una predisposición hereditaria: familiares de primer grado muestran mayor tasa de bruxismo que la población general. También se han hallado niveles atípicos de dopamina y serotonina en pacientes, lo que explicaría por qué ciertos fármacos (p. ej., antidepresivos ISRS) pueden desencadenar o agravar los episodios.

4. Estilo de vida: cafeína, alcohol, tabaco

El consumo elevado de excitantes incrementa la frecuencia de microcontracciones mandibulares; el alcohol altera la arquitectura del sueño y potencia los despertares; el tabaco genera hipoxia tisular que dispara la actividad muscular compensatoria. Todos ellos actúan como factores amplificadores más que como causa única.

5. Condiciones médicas y odontológicas

  • Maloclusiones o prótesis mal ajustadas pueden inducir un patrón de cierre defensivo.
  • Enfermedades neurológicas (párkinson, distonías) presentan bruxismo como síntoma concomitante.
  • Dolor crónico y trastornos temporomandibulares a veces aparecen como causa y consecuencia a la vez.

Los expertos recuerdan que la oclusión no es el factor principal, pero sí un componente que, sumado a los anteriores, facilita el hábito.

Comprender esa causa múltiple permite abordar el trastorno con un plan combinado: manejo del estrés, higiene del sueño, férulas de descarga, ajuste dental y, si procede, revisión de la medicación. Sólo así se rompe el círculo que lleva a esas contracciones involuntarias que desgastan el esmalte, provocan dolor y repercuten en la calidad de vida.

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