Salud

La mala alimentación está detrás del 70% de los nuevos casos de diabetes tipo 2

Un estudio publicado en la revista ‘Nature Medicine’ sugiere que el arroz y el trigo refinados son los principales productos implicados en el desarrollo de la patología

Un paciente se mide la cantidad de azúcar en sangre.

Un paciente se mide la cantidad de azúcar en sangre. / E. D.

Yanira Martín

Siete de cada diez nuevos casos de diabetes tipo 2 están relacionados con malos hábitos alimenticios. Así lo confirma un estudio publicado recientemente en la revista Nature Medicine, que analizó la ingesta alimentaria en 184 países entre 1990 y 2018. Los datos permitieron determinar en ese último año que la dieta estuvo implicada en 14,1 millones de cuadros de esta patología en todo el mundo, lo que representó el 70,3% de los nuevos diagnósticos. «Este análisis confirma lo que ya barajábamos desde hace tiempo. Además, el sobrepeso y la obesidad van creciendo con el paso de los años, por lo que es normal que aumente la cifra de diabéticos», señala el doctor Rodrigo Bahamodes, especialista en Endrocrinología y Nutrición en el Hospital Vithas Las Palmas. 

La investigación, desarrollada por científicos de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad Tufts – en Estados Unidos–, sugiere que el consumo excesivo de arroz y trigo refinados, así como el escaso aporte de granos integrales pueden ser los dos principales desencadenantes dietéticos del desarrollo de la diabetes tipo 2 a nivel mundial. Además, sitúa la calidad de los hidratos de carbono en un área de atención urgente. Otros productos que están en el punto de mira son las bebidas azucaradas y las carnes procesadas. 

Más aporte calórico

«La dieta occidental se basa en la ingesta de muchos carbohidratos. Algunos ejemplos los ponen el pan, el arroz y la pasta. Hay que tener en cuenta que si estos alimentos se toman con frecuencia, aportaremos a nuestro cuerpo un incremento calórico que se va a traducir en un aumento de peso», advierte el facultativo del citado centro capitalino. ¿Esto significa que deben suprimirse de la cesta de la compra? Según el profesional, no. «Solo debemos tomarlos puntualmente. Lo importante es tener presente la pirámide nutricional y que nuestra alimentación se base en productos sanos», aclara.

Ahora bien, existen otro factores que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad. Uno de ellos es la edad. «Con el paso de los años se va acumulando más grasa en nuestro cuerpo, por lo que puede aumentar la resistencia a la insulina, que es el origen de la diabetes tipo 2», explica el doctor Bahamondes. 

A esto se suman los antecedentes familiares y, en el caso de las mujeres, el hecho de padecer el síndrome del ovario poliquístico. ¿Por qué? Lo cierto es que esta afección eleva los niveles de andrógenos, lo que puede derivar en una resistencia a la insulina. «Se trata de un factor de riesgo importante, pero eso no quiere decir que todas las mujeres afectadas por el síndrome del ovario poliquístico vayan a terminar desarrollando diabetes», apunta el sanitario. 

Canarias es la región que registra la mayor tasa de prevalencia de la diabetes, con un 8,63%

La diabetes mellitus tipo 2 es la clase de diabetes más común y se caracteriza por provocar un aumento de los niveles de glucosa en sangre. «Se diferencia de la diabetes tipo 1, precisamente, porque el origen es una resistencia a la insulina, si bien en la primera es el páncreas el que no puede segregar esta hormona como consecuencia de un ataque del propio sistema inmunitario». 

Además, la diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad crónica que no se puede prevenir, mientras que la de tipo 2 no solo es posible evitarla a través de hábitos de vida saludables, también se puede revertir. «Normalmente se cronifica porque los pacientes no cumplen con los objetivos. Sin embargo, con una buena alimentación y ejercicio, el problema se puede corregir», asevera el sanitario. 

De hecho, la base del tratamiento consiste en modificar los hábitos alimentarios y en evitar el sedentarismo. De este modo, se logra reducir la grasa corporal y regular los niveles de azúcar en sangre. «Cuando estas medidas no tienen el efecto esperado, las complementamos con un tratamiento farmacológico», cuenta el endocrinólogo. «Inicialmente, lo habitual es administrar metformina, que es una medicación que logra disminuir los niveles de glucosa y que tiene muy pocos efectos secundarios», añade. 

Asimismo, existen glucosúricos que ayudan a los pacientes a bajar de peso y a eliminar la glucosa a través de la orina. «En los últimos años también han surgido otros medicamentos análogos del GLP-1 –una hormona intestinal– que se aplican por vía subcutánea. Estos no solo hacen que las personas estén más saciadas y tengan menos apetito, también reducen los niveles de azúcar», detalla Rodrigo Bahamondes. 

En base a los últimos datos difundidos por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, en las Islas hay 198.959 pacientes aquejados de algún tipo de diabetes, de los cuales el 50,17% son hombres y el 49,83% mujeres. Atendiendo a la información que maneja la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria, el Archipiélago es la región que registra la mayor tasa de prevalencia de esta patología, con un 8,63%. Le sigue Murcia, con un 7,89%, y Andalucía, con un 7,13%. 

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Un equipo científico ha desarrollado una fórmula, mediante un análisis de sangre, para detectar si una persona sigue la dieta mediterránea y los resultados han evidenciado que este tipo de régimen alimenticio puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2 más de lo que se pensaba. La descripción de estos nuevos biomarcadores que podrían ayudar a medir la adherencia a la dieta mediterránea se publica en la revista Plos Medicine, en un artículo liderado por Jakub Sobiecki, de la Universidad de Cambridge –Reino Unido–. Investigaciones anteriores habían demostrado que las personas que declaran seguir una dieta mediterránea tienen un riesgo ligeramente menor de padecer diabetes de tipo 2, sin embargo, la subjetividad de la autoevaluación es un factor determinante, que añade incertidumbre. Hasta ahora, la posible relación entre la dieta mediterránea y el riesgo de diabetes de tipo 2 no se había evaluado mediante indicadores biológicos objetivos –biomarcadores– del cumplimiento de la dieta. | Efe

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