Hubo un tiempo en el que la úlcera gástrica no tenía cura porque se desconocía la influencia de la bacteria Helicobacter pylori en su formación. Fármacos como el lansoprazol, inhibidores de la bomba de protones, permitieron a muchos pacientes curar o controlar afecciones crónicas, bien solos, bien en combinación con otros, como la antibioterapia.

Tal fue el éxito clínico de este y otros medicamentos que comenzaron a recetarse, a veces, como preventivo frente a tratamientos que puedan causar problemas gastroesofágicos. Pero, ¿siempre es mejor prevenir que curar?

Efectos secundarios habituales del lansoprazol

Los efectos secundarios habituales incluyen mareos, cefaleas y alteraciones visuales. No suelen ser muy intensos, aunque sí lo suficientemente importantes como para que algunos pacientes no deban conducir mientras están a tratamiento o durante el tiempo que tarde su organismo en adaptarse.

Otros efectos secundarios no se deben exactamente al fármaco, sino al uso combinado con otros medicamentos o con comprimidos herbales como la hierba de San Juan. Informa a tu médico de todo lo que estés tomando, incluso los suplementos de herboristería, antes de comenzar tu tratamiento para que te indique si debes modificar alguna de las dosis.

Depresión y descompensaciones en el hematocrito: frecuencia

Se producen en menos de 1 de cada 100 pacientes, aunque debe tenerse en cuenta antes de recetar este fármaco sin saber si será necesario o no.

La depresión nerviosa debida al lansoprazol suele verse solo en tratamientos prolongados o en pacientes que estaban recibiendo tratamiento para una depresión y su medicina no se absorba bien si se ingiere a la vez que el lansoprazol. Para evitar este último caso, pregunta al médico que te haya recetado el tratamiento con lansoprazol o al farmacéutico a qué horas tomarlo y si debes espaciar en el tiempo o no alguno de tus fármacos habituales.

Las alteraciones en el conteo de los parámetros que se miden en el hematocrito afectan, según el prospecto, también a menos del 1 % de los pacientes tratados y, de nuevo, efectos secundarios como la anemia se asocian a tratamientos prolongados o al propio sangrado de las úlceras gástricas hasta que no se logran curar al completo. Sin embargo, se recomienda no comenzar el tratamiento con lansoprazol si tienes previsto realizar un análisis de sangre, en concreto, la medición de la cromogranina A, o por lo menos que tus doctores tengan en cuenta las posibles desviaciones en los resultados debidas al lansoprazol.