Cierran el túnel viejo de la Cumbre durante cinco meses en horario nocturno para rehabilitarlo, invierten dos millones en la obra y tras la espera, cuando lo ponen en funcionamiento, en lugar de dos carriles de circulación como tenía antaño, tan solo tiene uno. La modificación de la calzada abre entonces un debate entre aquellos que quieren ir más rápido y los que apostaron por la seguridad.

Para entender las discrepancias, lo mejor es retroceder en el tiempo. El túnel no cumplía las mínimas garantías de seguridad. Ni tan siquiera con las más elementales. Poca iluminación, pavimento en pésimo estado... ¡tenía hasta goteras! La plataforma era (y es) de 6,50 metros de ancho, con dos carriles, sin arcenes y con bordillos. Allí se adelantaba. Con cierta tensión, pero se hacía. Al final, el usuario de la vía se acostumbraba y no percibía el peligro real. Un dato: se produjeron seis vuelcos en tan solo un año.

El Cabildo decidió arreglarlo, después de décadas de abandono. No hay que olvidar que no está en una vía perdida, en medio de nada. Al contrario, es el trayecto más lógico entre los dos núcleos poblacionales más importantes de la Isla. Cuando la obra estaba avanzada, los técnicos avisan de que para ganar en seguridad lo normal sería poner un solo carril. Unos 200 metros antes de entrar al túnel, el discurrir por su interior y otros 700 a la salida, hasta la "curva de los castañeros". Sería un carril central de 3,50 metros con sobreanchos a ambos lados de 1,50 para apartaderos de emergencia, lo que además permitía colocar sistemas de seguridad.

El gobierno insular asume las recomendaciones técnicas. Y, a partir de ese momento, se abre la veda para la riña. El PP, a través de su portavoz en el Cabildo, Carlos Cabrera, afirma que "no podemos permitir que desde el gobierno nos digan que se ha tenido que hacer por imperativo técnico de un solo carril, una vez que se ha hecho, y que no se ha informado ni a los ciudadanos ni a la oposición. Y como si esto no fuera suficiente ahora nos encontramos con que a la entrada y a la salida se ha limitado también a un carril único un importante tramo de circulación".

Más allá incluso que los populares va el alcalde de El Paso, Sergio Rodríguez (CC), que propone públicamente "una queja conjunta" ante la institución insular por parte de los tres alcaldes del Valle de Aridane. Una guerra política. Por ahora, Los Llanos y Tazacorte no han hecho caso. Llega a decir el regidor pasense que "ahora tenemos un embudo de tráfico porque no hay cómo adelantar a los vehículos pesados a lo largo de 3 kilómetros de vía".

El consejero de Infraestructuras, Jorge González (PSOE, se mantiene en sus trece: el carril único es una cuestión de seguridad y cuando se presentó la obra ningún alcalde o alcaldesa del Valle protestó. Y con ese convencimiento sigue adelante.

Para comprobar las bases del debate, nada como ir al lugar. Lo primero, el tramo con un solo carril no llega a los tres kilómetros. Al contrario, son apenas dos. De todas formas, la clave al final es el tiempo que se pierde con la nueva regulación. Vamos con ella. Si se circula a 80 kilómetros a la hora, velocidad máxima permitida, el tramo objeto de la controversia se atraviesa exactamente en un minuto y medio. Por el contrario, con un camión delante que circule a 30 kilómetros a la hora, que ya sería mala suerte porque lo normal es que alcance los 50, se tardan 4 minutos. Sí, todo se resume a dos minutos y medio más en la carretera. ¡150 segundos!

Otra cosa son las sensaciones que se tienen dentro de un vehículo en una carretera de montaña o si se razona pensando en superar el límite de velocidad permitido.

A todo eso se une que varios kilómetros antes de llegar al carril único, la carretera de la Cumbre dispone de dos carriles en dirección Valle de Aridane. Las posibilidades de encontrar un camión durante la totalidad del nuevo trazado son realmente mínimas. Tal vez sí pueda ocurrir ir detrás de un vehículo lento durante 500 metros o incluso un kilómetro, con un tiempo de pérdida irrisorio.

¿Se gana en seguridad? Sí. ¿De forma contundente?, sí. Evitar el adelantamiento dentro del túnel es una garantía. Fuera, una vez se sale, es más discutible pero también. Solo hay que ir y verlo.