Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión | Retiro lo escrito

Otras propuestas

Imagen de archivo de una persona estudiando para un examen de oposición

Imagen de archivo de una persona estudiando para un examen de oposición / PIXABAY

No dudo que sea un pesado. Algunos amables lectores me reconvienen por insistir una y otra vez, con infinita terquedad, en la urgencia de la reforma de nuestras administraciones públicas, y sobre todo, de la administración autonómica. «¿Pero a usted no se le ocurren otras cosas?», me comenta por Twitter un señor razonablemente enfadado. Tiene razón. Pero las cosas relevantes ya las señalan la gente más juiciosa. Estoy entre los que creen que España en general y Canarias en particular van a pagar caro sus renuncias, despistes, inercias, fingimientos y perezas. Y la responsabilidad no es exclusivamente de sus gobiernos. En absoluto. Gobernar a menudo es nadar contracorriente, y solo pueden nadar contracorriente sin morir en el intento los salmones. Las sociedades son renuentes al cambio y sospechan del dinamismo. Aquí, en las ínsulas baratarias, la élite empresaria abomina del cambio y el riesgo. Mienten los políticos como mienten los ciudadanos. Una mentira que se escucha mucho, por ejemplo: «Si existieran mejores transportes públicos la gente dejaría el coche en casa y cogería la guagua». Es una falsedad risible. Cogen la guagua quienes no disponen de coche o solo tienen uno en la unidad familiar. Si no es así se ponen al volante aunque deban asumir una cola de una hora. En fin. ¿Otras cosas? Sí, existen las suficientes para exigir que sean impulsadas por un consenso político, económico y social. Un plan de objetivos e instrumentos para los próximos veinte años. A saber:

a) Fomentar la natalidad en Canarias. ¿Saben cuál es la tasa de natalidad actual en las Islas? De 0,82 hijos por mujer. Es una amenaza existencial. Hacia 2055 los canarios seremos minoría en el archipiélago. Al mismo tiempo (por supuesto) hay que conseguir limitar la inmigración africana y americana, pero sobre todo, la europea, salvo que se trate de jóvenes excepcionalmente preparados que aporten valor propio (formación, destrezas, creatividad, innovación) o dispongan de capacidad de inversión.

b) Lo siento: reformar las administraciones públicas. Rejuvenecerlas con otros perfiles académicos y profesionales. Reordenar competencias sin estúpidos solapamientos y redundancias. Simplificar más los procedimientos administrativos. Exigir rendimientos y evaluar sistemáticamente la productividad de los funcionarios. Disminuir el número de ayuntamientos. Mejorar la gobernanza institucional y la cultura democrática, la transparencia, el respeto a la ley. No hay desarrollo material ni cohesión social sin unas instituciones sanas y operativas.

c) Potenciar un crecimiento más rápido de las renovables y su aportación al mix energético canario. Fortalecer políticas de reciclaje y de consumo energético racional. Eliminar totalmente los vertidos en las costas, pero también en los suelos. Acelerar la producción de agua desalada. Aumentar las multas a las empresas que contaminen. Endurecer ferozmente la protección de parques y espacios naturales.

d) Solo el crecimiento económico conseguirá crear más empleo (aún se supera el 13% de paro) y mejores sueldos de manera estable y continuada, pero sin dejar de corregir un sistema económico que da señales de agotamiento con efectos nocivos en la competitividad, la productividad y el medioambiente. Mejorar las condiciones de inversión en proyectos industriales y tecnológicos y revisar críticamente la ZEC y la RIC, dos grandes y penosos fracasos de los últimos treinta años. No suicidarse industrialmente. Al contrario: el porcentaje industrial del PIB debe elevarse.

e) Aumentar la inversión pública en universidades y en un sistema de I+D+i que debe ser igualmente revisado. Conseguir en colaboración financiera entre las universidades y las grandes empresas para potenciar los estudios de ingeniería –especialmente informática, telecomunicaciones, ingeniería ambiental y biotecnología.

Se admiten propuestas, por supuesto.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents