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Opinión | Retiro lo escrito

La decisión del PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión de control en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión de control en el Congreso. / José Luis Roca / EPC

Las cábalas sobre un adelanto electoral son diarias. Es más que obvio que el presidente Pedro Sánchez olfatea cada día el aire para barruntar si le conviene o no adelantar las elecciones. Si no para ganar –Iván Redondo no ha hecho una encuesta verosímil, sino una carta enamorada a su antiguo jefe–si para perder lo menos posible. Intuyo que la hipótesis menos arriesgada es que Sánchez haga coincidir las elecciones generales con las elecciones andaluzas, que tocan el próximo junio, pero que tal vez Moreno Bonilla adelante a la primavera. Supuestamente la coincidencia en los comicios estimularía al votante socialista andaluz y se beneficiarían tanto Sánchez como la candidata socialista, María Jesús Montero, ministra de Hacienda y secretaria general del PSOE-A (ignoro si continua como vicesecretaria general en la dirección federal, parece que sí). Es mucho suponer. En esta tesitura, lo realmente extraño es la estrategia decidida por el máximo líder socialista. Es muy sencilla: salvo donde gobiernen con los nacionalistas –como con el PNV en el País Vasco– o gracias a los independentistas –en Cataluña Salvador Illa es apoyado, aunque a veces a rastras, por ERC– lo que debe hacerse se intensificar una oposición feroz y destructiva en el resto de las comunidades siguiendo pautas básicamente ideológicas: fachas fachas fachas. Y han incluido Canarias.

El segundo Sánchez –el que lleva gobernando más de dos años– fingió un cambio de actitud hacia las reivindicaciones de Coalición Canaria al casi necesitar el voto de Cristina Valido para su investidura presidencial. Pero esa ocurrencia de un periodista catalán que llamó a CC llavín de la estabilidad parlamentaria no se ha materializado en un compromiso más o menos sólido con la agenda canaria que Sánchez aseguró asumir. El Gobierno central no ha abonado a la Comunidad canaria cientos de millones de diversos programas –de empleo a obras hidráulicas pasando por La Palma– y en el harto improbable caso de recibirlos deberían ser invertidos o gastado en un par de meses. El Gobierno central ha desobedecido los autos del Tribunal Supremo para atender y gestionar a los menores migrantes que han solicitado asilo en Canarias y sigue atascada la derivación de la mayoría a otras comunidades autónomas. El Gobierno central, la pasada semana, decidió llevar los presupuestos generales de la Comunidad autónoma en vigor al Tribunal Constitucional por tres consideraciones que podrían haberse resuelto perfectamente con conversaciones entre ambos gabinetes.

El PSOE, por tanto, empleará con Canarias la misma medicina política y propagandística que en Andalucía, en Valencia o en Galicia. Ninguna voluntad de acuerdo en el ámbito territorial y un sostenido maltrato en el ámbito estatal. Frente a una CC que en la oposición entre 2019 y 2023 lanzó un conjunto de pactos y acuerdos –en su mayoría rechazados o incumplidos por el llamado pacto de las flores– la oposición socialista se ha encerrado en una crítica descalificadora desde el primer momento. Y luego está esa particularidad sanchista que es el ministro-candidato. Un ministro no debe ser candidato electoral para presidir una comunidad autónoma mientras sea ministro. Simplemente porque su neutralidad institucional queda comprometida por su condición de candidato. En el pasado, cuando un ministro o secretario de Estado aceptaba una candidatura en un ámbito autonómico, dimitía más temprano que tarde. No son responsabilidades ‘políticamente compatibles’. Sin embargo, Ángel Víctor Torres no tiene ningún recato en criticar sistemáticamente al Gobierno canario, como tampoco le tiembla la barbilla al asumir como una suerte de éxitos propios el comienzo de la recuperación económica de La Palma o la modificación de la ley de Extranjería.

El PSOE ha decidido, por lo tanto, que Canarias es otro infierno donde gobierna la derecha, la derecha extrema, la extrema derecha, los incapaces, los ruines, los mentirosos, los ignorantes. Ha optado por permanecer en la oposición otros seis, ocho o doce años. Que Sánchez les conserve la vista.

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