Opinión | El recorte

La CodorCIS

Archivo - Fachada del Centro de Investigaciones Sociológicas, CIS, opinión, encuesta

Archivo - Fachada del Centro de Investigaciones Sociológicas, CIS, opinión, encuesta / EUROPA PRESS - Archivo

Cayó La Codorniz. Y se fue El Papus. Pero como revista de humor nos quedan las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas que este Gobierno ha convertido en un chiste. Ahora mismo le debe estar dando una ventaja de veinte puntos a Pedro Sánchez sobre toda la derecha junta, española y europea.

Eso en que se ha convertido el CIS de Tezanos ha sacado una encuesta realizada en Canarias, cocinada por algún sociólogo mesetario en un despacho de Madrizzz, donde se alcanza una curiosísima conclusión: siete de cada diez canarios quieren que cambie el Gobierno. ¡Claro!, dirá usted. Lo normal. Con los Ábalos, los Koldos y los Cerdanes, es lo mínimo que podía pasar. Pero no. Se trata de que quieren que cambie el Gobierno de Canarias. Sin embargo, el político más valorado en el propio sondeo, a kilómetros de distancia del inmediato seguidor, es Fernando Clavijo. O sea, que los canarios quieren que Clavijo sustituya a Clavijo. O sea, que la primera parte contratante sea sustituida por la segunda parte contratante. Humor en estado puro.

Entre otras lindezas, el CIS establece que un político llamado Nicasio Galván, parlamentario de Vox en el legislativo regional al que no conocen ni en su casa a la hora de comer, es más conocido que el líder del PP y vicepresidente del Gobierno, Manuel Domínguez. No es que Domínguez sea la alegría de la huerta y un tipo al que le vayan saludando por la calle entre aclamaciones, pero para decir que el político de Vox es más conocido que el líder del PP hay que tener muchísimo cuajo. Y ser muy godo. O ambas cosas.

Los del CIS dicen que a los canarios les preocupa la inmigración. Hay que imaginarse que a lo que se refieren es que a la gente le duele que los pobres migrantes caigan como moscas en la ruta a Canarias, porque lo que es aquí no hay problema de convivencia con los migrantes, quitando a ese primo venezolano confianzudo que vino de regreso. Y el CIS ha detectado que estamos hartos del turismo y la masificación. Que también es muy lógico. La gente se desespera todas las mañanas en esas colas de las autopistas, llenas de coches de alquiler de alemanes, británicos o italianos que acuden, junto a los canarios, a los centros de trabajo donde no trabajan. Insoportable, claro. Por no hablar de las listas de espera en los Servicios de Salud de las islas, que te dan cita para el siglo que viene porque los médicos están colapsados atendiendo a los guiris en los hoteles del Sur, que se meten unas quemadas en las patas que da pena verlos.

Y claro que sí, el CIS, con fino olfato, ha detectado que los canarios están hartos de los turistas. De igual forma que los agricultores odian las papas que tienen que recoger doblando el lomo. Forma parte de la naturaleza del ser humano odiar su trabajo, que es una maldición. Detestamos lo que nos da de comer porque en el fondo pensamos que debido a nuestros muchos méritos y talentos deberíamos ser inmensamente ricos. Pero luego resulta que no es así. Que hay que levantarse todos los días y currar. Porque la riqueza solo está al alcance de los banqueros, los futbolistas, los que ganan la lotería, los ministros y los secretarios de Organización del PSOE.

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