Opinión | Análisis
La real lengua callada de Canarias

Programa de las jornadas de la Academia Canaria de la Lengua. / El Día
Parece más una logia secreta que una fundación pública dependiente del Gobierno de Canarias. Dicen los sabios que para entrar hay que pronunciar un verso oculto frente a una retama del Teide y esperar a la conjura del Llano de Ucanca. ¿Alguien sabe dónde está, qué hace y quiénes la integran? Hay una casa en nuestra tierra a la que nadie sabe cómo llegar. Apenas hay pruebas que confirman su existencia. Y si la nombran, solo la escuchan cuatro filólogos, tres poetas y dos curiosos atentos a los boletines culturales de remitente desconocido. No se ven en las actividades de los colegios, ni en los periódicos, y mucho menos, en la acción ordinaria institucional. Es la crónica del silencio que languidece recluida en una moderna web que reafirma la profunda invisibilidad social a la que se somete. No solamente el desconocimiento entre la población es significativo, también las veces en que el mismo gremio profesional confunde sus competencias y atribuciones. El olvido prolongado de la institución se ha cimentado desde 1999 a base de una insuficiente proyección pública, ausencia de campañas públicas de divulgación entre la población, y una cierta indiferencia política respecto a nuestro patrimonio, que no se ha cuidado como se hace en otras comunidades autónomas. No basta con investigar y publicar, también hay que comunicar y llegar a la ciudadanía con un mensaje más llano, alegre y claro, porque la culpa no es solo de los códigos de la élite cultural o de los poderes públicos. Si miramos allende nuestras fronteras, la realidad nos sitúa en un margen bastante inferior. Por ejemplo, la Real Academia Galega tiene su Día das Letras Galegas, su presencia en la educación, sus campañas públicas y un prestigio asumido por todos. La Acadèmia Valenciana de la Llengua es una institución con mayor peso en la sociedad que la nuestra. Y, por supuesto, la Euskaltzaindia la conocen tan bien como la alineación del Bilbao. ¿Quién cuida la Real Academia Canaria de la Lengua? La institución trabaja con rigor y profesionalidad en la investigación, descripción y divulgación del español de Canarias en todas sus variedades insulares, pero la gente no tiene ni idea. Sus publicaciones, sus recursos lingüísticos digitales y su desinformada colaboración con instituciones educativas son prueba del esfuerzo que, con medios algo escasos, ha logrado mantener gran parte del léxico canario. Pero falta más cariño y afecto hacia algo tan nuestro como la protección y difusión de la variedad canaria de la lengua española. Nuestra forma de hablar va más allá de ser solo una versión del español de la Península. Cuidarla no es dejarla como está ni que sea óptima, es simplemente valorarla como se merece. En esta misión, la Real Academia Canaria de la Lengua es esencial. Pero deben adaptarse a las circunstancias actuales y hablar el mismo idioma que la gente común. Tenemos la suerte de tener unos académicos de reconocido prestigio que pasan totalmente desapercibidos y, eso, es un problema. Es fundamental asegurarnos que nuestro modo de hablar no se pierda sin más. Sin complejos, con entusiasmo e identidad. Pónganle un faro grande, que la linternita ya casi ni se ve.
@luisfeblesc
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