Opinión | Nuevo Papa

Ana Bernal-Triviño

¿Feministas contra el Vaticano?

El papa León XIV, en el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano.

El papa León XIV, en el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano. / ALESSANDRO DI MEO / EFE

¿Feministas contra el Vaticano? ¿Habemus fumata violeta en esta nueva etapa? ¿Está el Vaticano contra la igualdad? Y junto a esto, comentarios en redes sociales como: «Ya están estas histéricas pidiendo», «paren de quejarse» o «dejen de hacer el ridículo». Este es el resumen en redes sociales estos días. Nuevo papado con León XIV y nuevos interrogantes sobre cómo tratará asuntos relevantes. Está clara su posición en inmigración o cambio climático, de ahí que la ultraderecha haya lanzado ya bulos sobre él; pero, en cuanto a las mujeres, hay matices.

Antes, una precisión. Leo estos días que 133 cardenales hombres han elegido a un hombre. Sí, el patriarcado es esto. Pero eso no invalida que cualquier mujer, aunque sea feminista, se interese por este proceso. También nos interesa la democracia, aunque nunca haya habido una mujer presidenta del Gobierno en España. Por mucho que se odie a la Iglesia, es una institución, y el Vaticano es un Estado. Es un asunto de poder y de geopolítica, desde el poder económico hasta el relato moral.

Por muchos esfuerzos que se hagan para prescindir de la Iglesia, por muchas declaraciones laicas o ateas, la cultura judeocristiana está en el corazón de la historia, de valores, mitos, prejuicios o incluso algunas leyes. Ignorar este pasado es anular parte de nuestra raíz. De eso no se puede huir. Y no miremos con superioridad. No hay una sola civilización que haya negado a un Dios de forma absoluta. Todas están atravesadas y cimentadas sobre un relato sagrado, sea una figura divina u otra. Y como no podemos prescindir de esa capa, es imposible afrontar estos días intentando ridiculizar, restando valor o pensando que no va con nosotras.

Dicho esto, León XIV mantiene la línea de Francisco de apoyo a la mujer. Este triplicó en una década la presencia femenina en altos cargos de la curia, además de situar a una de ellas frente a un dicasterio, es decir, el equivalente a un ministerio. Pero, sobre el sacerdocio femenino, tanto el anterior como el nuevo Papa lo rechazan.

El jueves, unas católicas lanzaron frente al Vaticano una fumata rosa, a pesar de que fueran ridiculizadas en redes, como siempre. Piden que se corrija la exclusión de las mujeres del ministerio ordenado. Denuncian «el dolor y la humillación de tener que demostrar su validez». En 2023, León XIV dijo que ordenar a las mujeres «no soluciona un problema, podría generar uno nuevo». Algunos dicen que es la reacción de la curia, pero es algo más. Como conté en un artículo anterior, introducir a ellas no solo cambia lo visible, también el relato en temas tan espinosos como el aborto.

Lo que está claro es que ellas ya no se van a callar, porque en muchas localidades son ellas las que mantienen a la Iglesia, igual que ellas impulsaron el cristianismo primitivo. No es una guerra de feministas contra el Vaticano. Es la batalla por la igualdad en todos los escenarios, incluida en una Iglesia que debe responder a estos tiempos si no quiere acabar con ella misma, apartando a quienes la sostienen.

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