Opinión | El recorte
Lo privado no existe
Los mensajes de Pedro Sánchez pertenecen al ámbito de su privacidad. Pero también los de tantos otros que han pasado antes por esa trituradora. Ninguna comunicación privada, por su tono coloquial, soporta bien su exhibición pública

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia en el Congreso el pasado miércoles para informar sobre el apagón y el plan de defensa. / José Luis Roca
Nadie es realmente consciente de la injusticia hasta que llama a su puerta. Empiezo diciendo que es abominable que la vida privada se convierta en pública. Y que este país ha perdido el oremus porque ya no existe ninguna frontera que proteja mínimamente la intimidad. Cualquier espacio de la vida de las personas puede ser asaltado sin consecuencias por el Estado o los medios de comunicación.
Como tenemos memoria de pez hemos olvidado cuando se escuchó el primer disparo que acabó con la protección a la intimidad. Fue allá por los años noventa, cuando se filtró en la radio una conversación telefónica que estaban manteniendo el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, con un periodista amigo, en la que se refería jocosamente a Felipe González con calificativos tan ácidos como «el one» –el uno– y «dios». Todo el mundo se descongojó y a otra cosa mariposa. Desde entonces hasta hoy hemos visto desfilar por las tribunas mediáticas todo tipo de confidencias de la vida privada de la gente, tuvieran o no que ver con una causa judicial en investigación.
Cuando Mariano Rajoy, a la sazón presidente del Gobierno, le escribió un SMS al imputado tesorero del PP, Luis Bárcenas, diciéndole «sé fuerte, Luis», el mensaje se filtró a los medios. Y el «sé fuerte» se convirtió en un mantra repetido, burlón y descalificador. Poco importó que se tratara de una conversación entre dos tipos que eran amigos, porque la apisonadora del derecho a saber aplasta cualquier razón.
Por todo esto creo que los portavoces de Moncloa tienen razón cuando consideran que es impresentable y es un escándalo que se hayan publicado unos whatsapps enviados por Pedro Sánchez a José Luis Ábalos cuando este último, además de amigo, era secretario general del PSOE. Unos mensajes en los que pone a parir a los «tocapelotas» de los barones socialistas, Lambán y Page principalmente, que criticaban públicamente sus concesiones a los independentistas catalanes. Esas opiniones, cuanto políticas, tienen trascendencia, pero violentan la privacidad de las comunicaciones entre dos personas.
Es posible deducir que los mensajes están en el sumario de la investigación al exministro, aunque los jueces tendrían que expurgar de las causas todo aquello que no sea pertinente a efectos de la investigación. Suficientemente duro es ya un proceso penal como para además convertirlo en una revista de cotilleos, revelando los correos personales o íntimos de los investigados cuando no tienen nada que ver con los supuestos delitos cometidos. Pero muchos magistrados no lo hacen. Y las copias de los sumarios acaban en manos de las partes personadas, entre ellas las acusaciones particulares, que tardan lo que un caramelo en la puerta de un colegio en hacérselo llegar a algún medio de comunicación.
Los mensajes de Pedro Sánchez pertenecen al ámbito de su privacidad. Pero también los de tantos otros que han pasado antes por esa trituradora. Ninguna comunicación privada, por su tono coloquial, soporta bien su exhibición pública. Lo que ocurre es que se está recogiendo lo que se ha sembrado. Y mal te puedes quejar de lo que antes has usado y aplaudido.
Suscríbete para seguir leyendo
- Puigdemont agita el Mar de las Calmas: AHI busca el apoyo de los vascos para que el control del parque marino se ejerza desde El Hierro
- La Guardia Civil halla nuevos documentos sobre la reforma del Royal en el registro a la sede de Levantina
- Hallan fallecido a David Bielsa, el hombre desaparecido en el norte de Tenerife
- Así será el parque urbano de Santa Cruz de Tenerife que medirá como cuatro campos de fútbol: un estanque, zona de eventos y paseos
- Santa Cruz de Tenerife se queda sin terraza de verano
- Parques de segunda mano, suelos levantados y hasta un rastro ilegal: la inseguridad crece en la Cruz del Señor
- Esto es lo que podría ocurrir con el precio de la vivienda en un año, según un analista
- El cártel de los Balcanes, rey de la droga, se asienta en Canarias para controlar la entrada de cocaína