Opinión | Impuestos
Se buscan patriotas fiscales

Renta 2024: este es el día que puedes pedir cita para hacerla por teléfono y en junio, también presencial
Defender la patria con la declaración de la renta. Si no pagaras impuestos, ten claro que probablemente el orgullo del sobrino, el nieto o el hijo que hoy es informático, médico o profesor, jamás se hubiera cumplido. Esa felicidad seguramente no existiría, como tampoco las calles que pisamos, los hospitales que nos atienden o las carreteras que soportan a nuestros coches. Los impuestos son la banda ancha de la sociedad, porque son invisibles pero imprescindibles. Nos conectan sin cables a servicios que damos por sentados pero que sin ellos sería completamente imposible vivir en una sociedad avanzada y moderna. Salvan vidas todos los días y aun así seguimos criticando. En 2022, en el Hospital La Fe de Valencia, se implantó por primera vez en España un corazón artificial autónomo a un paciente terminal. El precio ascendió a 150.000 euros. Más la operación, más la UCI, más el seguimiento. Y el paciente no tenía un seguro privado. ¿Quién lo pagó? Un policía. También una profesora jubilada. Un creador de contenidos que declaró sus ingresos en España y no en Andorra. Y tú, incluso si no sabías que lo estabas haciendo. Y es que los impuestos son como una red silenciosa que te atrapa justo antes de caer. En un mundo donde el negacionismo lo invade todo, cumplir con la fiscalidad es un acto de fe laica que debería ganar adeptos en lugar de convertirse en herejía. Es el acto de valor más extraordinario que existe: No es de nadie porque es de todos. Lo que necesitamos no son menos impuestos, sino cargas más justas, más transparentes y mejor explicadas. Y, sobre todo, es fundamental recuperar el orgullo fiscal, una muestra de patriotismo para sacar la bandera todos los días. Que sea un acto de ciudadanía activa, comprometida y decidida a que todos, si podemos, vivamos un poco mejor y más tranquilos. ¿Cómo sería vivir en un mundo donde no pagamos impuestos? Agárrate que vamos a facturar por persona y día. Comenzamos: Por el mantenimiento de carreteras y alumbrado, pagarías aproximadamente 12,90 euros; semáforos, señales y rotondas, unos 4,25 euros; Policía de tráfico y seguridad vial, unos 11,60 euros. Jornada escolar (6 horas): 87,00 euros; mantenimiento de infraestructuras educativas, unos 22,30 euros; y sueldo del profesorado (prorrateado), 65,00 euros. Cobertura médica diaria media: 36,40 euros; mantenimiento de hospitales y UCIs: 21,10 euros; programas de vacunación para la ciudadanía y salud pública, 12,75 euros. Total, diario aproximado para seguridad, sanidad, cultura, infraestructuras y demás servicios, cada ciudadano pagaría, una media de 431,55 euros. Todo esto sin incluir pensiones, subsidios, inversión en infraestructuras, I+D+i, cooperación internacional, ayudas sociales, transporte público subvencionado, servicios municipales específicos o protección laboral. Somos unos privilegiados y no lo sabíamos. Recuerda que la sociedad no funciona gratis, ni tampoco haciendo trampas. Sin factura no hay milagros, que ahí está la verdad incómoda de los servicios públicos. Si tienes mucho dinero y quieres pagar menos, vete, pero no vuelvas a pisar nuestras carreteras, colegios y hospitales.
@luisfeblesc
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