Opinión | Genealogía

Apellidos y equidad familiar

Apellidos y equidad familiar

Apellidos y equidad familiar / Launol

El debate sobre los apellidos y la equidad familiar ha vuelto a reactivarse en Italia con un proyecto de ley del Partido Democrático para asignar «solo el apellido materno» a los neonatos. Su argumento se basa en hacer justicia a una desigualdad de muchos siglos donde a las madres se las ha omitido y por tanto invisibilizado, siendo ello una de las causas culturales de su discriminación por género. Un debate que, ya en 2022, tuvo otro antecedente con el Tribunal Constitucional italiano que dictó que el poner automáticamente solo el apellido del padre era ilegítimo, discriminatorio y lesivo.

El ejemplo español de poner a los recién nacidos los dos primeros apellidos de ambos progenitores nos sigue pareciendo una las normativas más adecuadas e igualitarias en su entorno cultural. Y también que nuestras madres no pierden su apellido propio al casarse, como ocurre en algunos países anglosajones y francófonos, donde ella adopta el del cónyuge. Además, la legislación española reciente permite (Ley del Registro Civil) que el orden de los apellidos de los hijos e hijas pueda cambiarse, colocando primero el materno, según el común acuerdo de ambos progenitores; y si se es mayor de 16 años, solicitarlo y justificarlo personalmente.

Hasta comienzos del año 2024 se conocen datos en España (Dicireg) de que aproximadamente un 11,1% de las inscripciones de recién nacidos llevaban primero el apellido materno y el resto, un 88,9%, el paterno. Otros países de habla hispana también vienen adoptando la normativa igualitaria. El caso de Portugal es especial, al tener los progenitores mucha mayor libertad para elegir los apellidos de sus hijos. Así, es tradición de poner el materno en primer lugar, pero también el poner apellidos de los abuelos. Y esa particularidad portuguesa ha tenido influencia en Canarias, al recibir a tantos de sus pobladores durante el siglo XVI.

La historia del apellido materno en las familias canarias muestra ejemplos interesantes, gracias a los asientos sacramentales y a la transcripción de documentación antigua como la realizada por la profesora y paleógrafa Manuela Marrero Rodríguez (San Cristóbal de La Laguna, 1921-2013), junto a Emma González Yanes, con algunos protocolos como los de Hernán Guerra (1508-1510) donde aparece el mismo primer apellido matrilineal entre una abuela y su nieta: testamento de Teresa García que ordena 5 misas por su abuela Marina García… También aparece en Isabel Yanes hija de Juan Gil y María Yanes… O en el trabajo documental en La Palma por el paleógrafo Luis Agustín Hernández Martín (S/C de La Palma, 1956-2024) que nos ha dejado muy prematuramente hace unos meses. En esta misma ciudad aparece el caso de Constanza Beltrán García que impuso a su hijo primogénito su apellido en primer lugar: Pedro Beltrán de Santa Cruz.

El conocer nuestra propia genealogía familiar puede ser un buen recurso para hacer más visible la línea matrilineal. Algún ejemplo aparece en el blog: https://historiafamiliarcanaria.blogspot.com/ del profesor e investigador Faneque Hernández Bautista con sus estudios sobre los linajes rectos matrilineales de las cuatro bisabuelas de sus hijos Nayra y Aitami. Cada vez son más las personas que deciden que aparezca o se nombre también su apellido materno, frente a la inercia que ha normalizado que se le invisibilice, por «simplificar…» (¿otro burka internalizado…?), como ya señalábamos con anterioridad (La Opinión de Tenerife, 23/12/2014 y 3/5/2015).

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