Opinión | Sol y sombra

El «patriota» Abascal

Santiago Abascal.

Santiago Abascal. / Eduardo Ripoll

Abascal puede que todavía se considere a sí mismo un patriota. Sin embargo está lejos de serlo, aun independientemente de lo que cada cual opine del patriotismo. ¿Qué clase de patriota se alía con quien emprende una guerra destructiva para los intereses comerciales de su país? En medio de la tormenta arancelaria, el líder de Vox no ha encontrado mejor manera de disculpar a Trump que la de culpar a quienes no son responsables de sus desvaríos desestabilizadores del tablero internacional. Es tal el grado de sumisión que aconseja «agachar la cabeza» y negociar con alguien que está decidido a imponer por la fuerza sus reglas del juego, trucando los cálculos, al mismo tiempo que proclama que ha llegado el momento de hacerse ricos. El «patriota» Abascal no se hubiera sumado al levantamiento contra los franceses del 2 de mayo en 1808, y en la Francia de la ocupación nazi estaría del lado de los colaboracionistas de Vichy. Esto último, más que una sospecha, suena a certeza.

Confío en que el partido de la ultraderecha nacionalista española recoja pronto en las urnas el fruto de lo que ha sembrado. Primero de manera demagógica y populista ofreciendo soluciones simples para problemas complejos y ahora, con su deserción, buscando a los culpables entre los agredidos y aliándose, a la vez, con el disparatado, abusivo y amenazante agresor. Con sus dirigentes profundizando en la cochambre ideológica a que nos tienen acostumbrados y, sorprendentemente tratándose de patriotas, en la traición a los intereses comerciales del país que dicen defender, cuanto primero España se libre de Vox, se habrá liberado de una carga más, añadida y pesada, de incoherencia y rencor. Ganaremos en congruencia, tolerancia y estabilidad.

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