Opinión | Retiro lo escrito

Una agenda ambiciosa

En los pasillos y en las pausas lo más comentado era, por supuesto, la incorporación a CC –inicialmente, al menos, en forma de alianza electoral– con la decena de partidos locales que han roto con Nueva Canarias

Segunda jornada del Congreso de CC

Segunda jornada del Congreso de CC / Andrés Cruz / LPR

Conviene no confundirse. La poca inclinación a las formulaciones teóricas del nacionalismo de CC –el único nacionalismo, ciertamente moderado y constitucionalista, que ha gobernado, gobierna y gobernará durante mucho tiempo en las islas– y la fragilidad democrática de sus mecanismos representativos –incluidos sus congresos– nada tiene que ver con disponer de una estrategia política para el futuro inmediato. La tiene y el VIII Congreso Nacional, celebrado el pasado fin de semana en Las Palmas, lo ha ratificado. Para ser más exactos, los compromisarios han avalado el análisis político y las prioridades –o urgencias– que Clavijo y su núcleo duro han planteado como hoja de ruta para los próximos cuatro años. En realidad para los próximos seis, pensando en esta ya casi mediada legislatura y en la siguiente.

Y es la más ambiciosa –quizás– de las fijadas por los dirigentes coalicioneros en toda su historia como fuerza política, en un contexto nacional e internacional cargado de sombras e incertidumbres. Para ser sinceros los compromisarios no han mandatado a Clavijo a un conjunto central de objetivos estratégicos: más bien han manifestado su apoyo irrestricto relacionando el cumplimiento de esos objetivos –así se ha constatado en muchas intervenciones– con el fortalecimiento del nacionalismo y su legitimación político-electoral entre los ciudadanos.

Conseguir en Bruselas –con el imprescindible apoyo del Gobierno español y los grandes partidos de las Cortes– una ley de Residencia –por llamarla así– que modere el vertiginoso crecimiento demográfico de Canarias y desincentive la compra de viviendas y solares de ciudadanos comunitarios; ampliar el Régimen Económico y Fiscal para que pueda transformar en un mecanismo de redistribución de la renta, es decir, para socializarlo en la vida cotidiana de los ciudadanos isleños; y potenciar la sostenibilidad de un turismo que no puede seguir dificultando la diversificación de la economía canaria, ni contribuyendo a la gentrificación de barrios, ni desgastando una identidad cultural a proteger más y mejor, introduciendo medidas fiscales o tasas –son dos caminos abiertos– en la explotación turística son metas ambiciosas, complejas y erizadas de dificultades.

Por supuesto que existen otras que a cualquiera le hubiera gustado escuchar en esta reunión congresual, como la reforma de las administraciones públicas o la necesidad inclemente de propiciar modelos de gestión sanitaria, particularmente en atención primaria, medicina preventiva y urgencias, o las relaciones exteriores de Canarias y los requisitos de su defensa militar. Pero la dimensión estructural de los objetivos que se ha trazado CC bajo el liderazgo de Clavijo denota una voluntad política real de transformar decididamente el país, tal vez porque si no se hace lo que debe hacerse a lo largo de la próxima década el país terminará por no ser viable. Las infraestructuras –las nuevas o las necesitadas de renovación en transportes, en energías renovables, en materia hidráulica, en sanidad o cultura– siguen siendo un espacio relevante de reivindicación y trabajo, pero ya no agotan las políticas públicas de Coalición ni su orientación política.

En los pasillos y en las pausas lo más comentado era, por supuesto, la incorporación a CC –inicialmente, al menos, en forma de alianza electoral– con la decena de partidos locales que han roto con Nueva Canarias. Están convencidos de que todos unidos podrían conseguir al menos entre 22 y 24 diputados en las autonómicas de 2027, y entre tres y cuatro diputados en las generales. El conato de bronca entre Onalia Bueno y los antiguos alcaldes y concejales de NC quedó en nada ayer. Un exconsejero tinerfeño contaba ayer, con una pachorra notable, que Teodoro Sosa iría al Congreso de los Diputados, Bueno al Cabildo de Gran canaria al frente de una lista de alcaldes y Pablo Rodríguez se quedaría en el Parlamento. «¿Y su fuente?». Abrió los ojos y me respondió, asombrado: «Pero si eso lo sabe todo el mundo».

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