Opinión | Retiro lo escrito

Gente peligrosa

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante el XV Congreso del PSIB-PSOE, en el Hotel Hipotels Convention Centre Playa de Palma, a 22 de marzo de 2025, en Palma de Mallorca, Mallorca, Baleares (España).

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante el XV Congreso del PSIB-PSOE, en el Hotel Hipotels Convention Centre Playa de Palma, a 22 de marzo de 2025, en Palma de Mallorca, Mallorca, Baleares (España). / Isaac Buj - Europa Press

La justificada percepción sobre la inutilidad de cualquier columna es especialmente intensa en este artículo. A uno le puede acojonar la deriva político-ideológica de la sociedad española, y estoy seguro que así le ocurre a millones de ciudadanos, pero también estoy convencido de que millones opinan lo mismo, pero por razones opuestas. Lo peor, con todo, es el papel que está jugando aquí y ahora una izquierda reaccionaria, maniquea e iliberal –la izquierda que disfruta de representación en las instituciones– y las razones por las que actúa así. En el caso del PSOE, desde luego, esa actitud no parte de una reflexión moral, sino de un cálculo electoral. Cuando figuras destacadas del PSOE aprueban el secuestro de un libro basado en una concertada censura previa o desprecian explícitamente la presunción de inocencia lo hacen para no perder un puñado de votos o para arrebatárselos a Sumar o a Podemos.

Esta es una democracia representativa cada vez más fragilizada por la acción política de los partidos de izquierda y de derecha, sin hablar incluso de los extremos de ambas posiciones. Están actuando como bombas lapa de la democracia. Y en los últimos años son los socialdemócratas y sus extraños compañeros de viaje a ninguna parte quienes más están dispuestos a erosionar las libertades públicas, la verdad de los datos y el orden constitucional para mantener intactos los relatos que legitiman sus enjuagues. España vive una prosperidad acojonante, pero la renta neta real de los hogares españoles en 2024 está todavía por debajo del umbral de 2008, en índices la pobreza infantil es la tercera economía de la zona euro, el colapso de la Seguridad Social deja sin tramitar 230.000 prestaciones por incapacidad y son los mayores de 65 años el grupo de edad con mayor riqueza disponible, mayor riqueza neta y menor tasa de pobreza mientras los menores de 35 concentran como grupo de edad el mayor número de pobres y las personas con menor renta disponible de la UE, salvo en Rumanía y Grecia. El Gobierno de Pedro Sánchez incumple el mandato constitucional de presentar los presupuestos generales del Estado por segundo año consecutivo, carece de apoyo parlamentario estable, solo puede boquear a través de decretos leyes, y el tiempo que se ahorra lo dedica a la injerencia en los medios y a quitar y poner jefazos de Telefónica.

Tiene uno que escuchar a la presidenta del Consejo de Estado aplaudir a rabiar que Anagrama retire El odio, la novela de Lisgé Martín, y la sigue la ministra de Igualdad y toda una recua de orgullosos censores que saben todo sobre un libro que no han leído y nada sobre la literatura. La literatura, estúpidos, es siempre culpable. La literatura o tiene la ambición de abarcar y expresar todas las luces y oscuridades de la experiencia humana o no es nada. La literatura está trufada de crímenes horrendos, de degeneración moral, de maldades indecibles, de pozos cenagosos de odio y resentimiento, de crueldades estremecedoras y vilezas, y sobre todo esto no actúa ninguna pueril sanción moral, porque el escritor no es un moralista, ni un sacerdote, ni un pequeño dios. La literatura actúa contra sí misma tanto como contra nuestros miedos.Lo atroz forma parte de la reflexión literaria y del alma de todos y la atrocidad a veces es cortejada porque fascina al escritor o al lector. Nadie tiene derecho a hurtarme el que esa novela me resulte estúpida, torpe, sensacionalista o artera. Son los lectores los que pueden y deben decidir. Nadie más.

Y luego escuchar entre otras acémilas a la vicepresidenta y ministra de Hacienda que la presunción de inocencia resulta una mísera bagatela, porque si una mujer afirma que fue violada son irrelevantes las pruebas forenses, las contradicciones, la misma legislación vigente. Esta gente es peligrosa, realmente peligrosa. Que se largen ya. n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents