Opinión | Análisis

¿Se quedará EEUU con las centrales ucranianas y Europa sólo con las deudas?

Trump quiere desarrollar la próxima generación de reactores nucleares.

Trump quiere desarrollar la próxima generación de reactores nucleares. / Agencias

Negociante redomado, Donald Trump ha propuesto a Ucrania quedarse con sus centrales energéticas, incluidas las nucleares, mientras los europeo, con excepción de Hungría, sólo insisten en la vía militar para Ucrania.

La eventual propiedad estadounidense de las centrales sería la mejor protección de esas infraestructuras y el mayor apoyo al sistema energético ucraniano, sostiene el presidente de EEUU para justificar su apetencia.

Al final veremos lo que ya hace tiempo vienen pronosticando algunos: Estados Unidos se quedará con todo lo que signifique negocio lucrativo en Ucrania y Europa, con unos préstamos al país de Volodímir Zelenski que nunca va a recuperar.

Ninguneados por Donald Trump, que no cuenta con ellos para resolver el conflicto ucraniano, los gobiernos europeos siguen empeñados en el rearme del continente frente a la que califican de “amenaza rusa”.

A tal fin, la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó el llamado “Libro Blanco de la Defensa Europea/Preparación 2030”, aprobado en la última cumbre de Bruselas..

Se habla en él de dialogo estratégico con la industria armamentística europea, lo que implica que la Comisión hará lo posible para eliminar todo tipo de barreras burocráticas al sector de la defensa.

Bruselas parece apostar por una especie de “keynesianismo militar” para dinamizar la industria europea y, con el fin de financiar el gigantesco rearme proyectado, propone un plan de créditos por un total de 150.000 millones de euros.

Ursula von der Leyen, que fue ministra de Defensa alemana y parece disfrutar con la conversión de la Unión Europea en una especie de OTAN bis, habla de buscar la colaboración de inversores privados.

Al mismo tiempo se relajarán las reglas fiscales, como ha ocurrido ya en Alemania, cuyo Parlamento acaba de aprobar una reforma constitucional que permitirá saltarse el tope que había al endeudamiento presupuestario.

Cristianodemócratas, socialdemócratas y verdes votaron a favor de esa reforma mientras que sólo Die Linke (La Izquierda) advirtió de que, lejos de aportar más seguridad al continente, una Europa cada vez más militarizada, aumentará el peligro de nuevos conflictos.

La vicepresidenta de la Comisión y alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, que no oculta su intención de debilitar a Rusia y de balcanizarla si es posible, está totalmente empeñada en continuar la ayuda militar a Ucrania.

Kallas propuso recientemente un nuevo y ambicioso paquete de ayuda de ese tipo a Kiev por un total de 40.000 millones, y sólo la oposición de los países del Sur la hizo desistir y contentarse con 5.000 millones de euros en municiones de artillería para este año.

Mientras tanto, Francia y Alemania siguen hablando de enviar a Ucrania, una vez cesen las hostilidades, tropas de una coalición de “países voluntarios” que se encargaría de vigilar su cumplimiento, algo que los dirigentes de Moscú rechazan.

Pero ambos gobiernos condicionan su propuesta a que Estados Unidos, en plena era Trump, dé cobertura a las fuerzas de paz, algo que el presidente descarta. No es pues más que un brindis al sol.

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