Opinión | Lo que los ojos no ven
Domingo Medina
Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna

Fachada principal de la sede del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. / Mari Cruz del Castillo Remiro
El primer Cabildo de la Isla se constituyó el 9 de julio de 1497. Estaba formado por un gobernador –el primero fue el conquistador castellano Alonso Fernández de Lugo, conocido como el Adelantado–, seis regidores, dos jurados y un escribano mayor. Las primeras reuniones se celebraron en la casa del Adelantado por carecer de un lugar propio esta institución. Más tarde, las sesiones tenían lugar en la iglesia de La Concepción, en la casa del teniente de gobernador, o del escribano, e incluso en la de algunos de los regidores. Fue a partir de 1511 cuando empezó a utilizase con cierta regularidad como lugar de reunión la ermita de San Miguel (Alejandro Cioranescu). La construcción de dicha ermita en 1506 se debe al Adelantado, que en un principio la quería destinar como panteón familiar.
El conjunto de edificios que hace esquina entre la calle de La Carrera y la actual plaza del Adelantado, formado por la Casa del Consistorio, audiencia y cárcel, se proyectó en 1508 y ocupó unos solares próximos a la casa del Adelantado, que vivía donde hoy está el convento de Las Monjas Catalinas. Al parecer, y según algunos historiadores, la construcción empezó por el tramo que da a la calle de La Carrera. En 1526 aún no estaba terminada la obra, al estar preso el maestro albañil por incumplimiento de la misma. Finalmente se acuerda emplazar la edificación el 22 de febrero de 1599. La cárcel se ubicó a partir de esta fecha en la calle Consistorio con la excepción de las rejas de la entrada, que daban a la plaza. Actualmente parte de la estructura original se mantiene en ese lugar con otro uso. Las Casas Consistoriales se modificaron en 1860 con un proyecto del arquitecto Manuel de Oraá.
La fachada principal del edificio del Ayuntamiento, de cantería azul, responde a una modificación de la obra original, cuyo frontis se derribó en 1822. Se empezó la construcción de las mismas, con algo de retraso, sobre la ejecución inicial que estaba prevista debido a que hubo que conseguir la cantería necesaria para ejecutar el proyecto del maestro de obras Juan Nepomuceno, modificándose la fachada original del antiguo edificio de 1546, que estaba construida con un pórtico y balcón principal, y además, tal como decíamos anteriormente, la entrada de la cárcel.
El nuevo edificio se reconstruyó mediante una fachada de estilo neoclásico, revestida mediante aplacado de cantería azul. Las dos plantas de la edificación están repartidas en cinco partes mediante pilastras, con cinco arquerías en planta baja y cinco grandes ventanales acristalados en la parte alta, donde se construyó el salón de sesiones. En el frontis destaca un ático con el escudo de mármol de la ciudad y una placa en la que consta la siguiente reseña: «Reinando don Fernando VII, MDCCCXXIV». Esta reforma neoclásica no cambió sustancialmente la distribución de la fachada primigenia. El resultado de esta obra está considerado arquitectónicamente como una de las fachadas más interesantes de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad y también de Canarias, junto a los palacios de Nava y el de los condes del Valle Salazar (Obispado).
Gradas de piedra volcánica
A la entrada principal se accede por la plaza del Adelantado, a través de tres gradas de piedra volcánica a los soportales, que forman un espacio arquitectónico de gran valor, con un artesonado que cubre toda la cubierta, tres puertas de buena carpintería, cada una de ellas con tres gradas de piedra volcánica. La del centro da acceso a una original escalera que conduce al piso alto. Las paredes están cubiertas de varios frescos del siglo XVIII, obras del pintor Carlos Acosta, que representan escenas de la historia de la conquista y de la aparición de la Virgen de Candelaria a los guanches. Tras varias reformas, el antiguo salón de sesiones se convirtió en una amplia sala de reuniones, donde tuvo su sede la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (1904-1957), trasladándose el salón de sesiones a unas dependencias contiguas.

Cédula que concedió a La Laguna el escudo de armas. / E. D.
Más tarde, la primera corporación democrática (1979-1983) reformó el Salón de Plenos, incorporándole un pupitre a cada uno de los asientos, ya que carecían de los mismos. Asimismo, se terminó el artesonado que cubre completamente dicha sala.
Tal día como hoy hace 515 años, el 23 de marzo de 1510, la reina Juana I de Castilla concede, según Real Cédula, el escudo de armas a la entonces villa de San Cristóbal de La Laguna, siendo el primer honor que le era otorgado. Por ello, contó con la ceremonia pública correspondiente para pregonarlo. La lectura de concesión de la Real Cédula se celebró en la ermita de San Miguel el 31 de mayo de 1510. Actualmente el pergamino se conserva en un marco de madera labrada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.
El Pendón Real
El Pendón Real se conserva en una vitrina de la Sala de Comisiones Municipales. El Pendón es una enseña militar de forma más larga que ancha, que estuvo hasta el siglo XIX custodiado por el alférez mayor, en su propio domicilio. Tras las Cortes de Cádiz (1812), y nombrado primer alcalde de San Cristóbal de La Laguna Bartolomé Agustín González de Mesa, después de 315 días de gobierno del Cabildo es el propio Ayuntamiento el depositario de tal insignia.
El 29 de julio del 2003, a raíz de varios incidentes que se venían produciendo en la procesión del 27 de julio, fecha de la fundación de la ciudad, se crea una comisión para el estudio del papel protocolario e institucional del llamado Pendón de la Conquista. Un año después, en junio del 2004, la comisión presentó su dictamen, en el que recomendaba que dejara de ser sacado en procesión el 27 de julio, dado que no tenía nada que ver con la Conquista. Asimismo, recomendó que en su lugar se sacara el escudo de la ciudad. Esta recomendación fue aprobada por el pleno el 18 de julio del 2004. El pleno del Cabildo celebrado el 25 de mayo acordó declarar Bien de Interés Cultural el Pendón.
Actualmente, cada 27 de julio, ya no salen ni el Pendón, ni el escudo, ni la bandera, quedando los actos de celebración de ese día en un breve desfile de las autoridades municipales desde las Casas Consistoriales hasta la Catedral donde se celebra una misa. Por otra parte, el Pendón, que se conserva en el Salón de Plenos, sale cada 14 de septiembre, con motivo de la procesión del Retorno del Santísimo Cristo de La Laguna, como «símbolo de la vinculación de la monarquía con la esclavitud encargada de la custodia de esta imagen» (Melchor Padilla).
Este edificio, conjuntamente con la Casa del Corregidor, La Alhóndiga, el antiguo Colegio de Las Dominicas y La Casa de los Capitanes Generales, conectados interiormente, albergan las distintas oficinas municipales: la Alcaldía, Salón de Plenos, Archivo Histórico y Municipal, Policía Local, Tráfico, Oficina de Turismo y sede del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop).
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