Opinión | Internacional
Francia pretende liderar la respuesta europea a Rusia

Macron: "No olvidamos nada, ningún nombre, ningún rostro"
Francia, único país europeo con una fuerza nuclear independiente de EEUU, pretende liderar la respuesta europea a Rusia en la guerra de Ucrania.
Impopular entre sus compatriotas, como indica el descalabro sufrido por su partido en las últimas legislativas, el presidente francés apela ahora al orgullo patriótico de «la Grande Nation».
«Francia seguirá solo un rumbo, el de la voluntad de paz y libertad, fiel a su historia y a sus principios. La Patria os necesita, necesita vuestro compromiso», les dijo Macron a los franceses, asumiendo el papel de un nuevo general de Gaulle.
El jefe del Estado francés afirmó que «sólo será posible la paz en Europa con una Rusia debilitada» y calificó al país de Vladimir Putin de amenaza directa para Francia y todos los países del continente.
En consecuencia, el ministerio de las Fuerzas Armadas anunció su intención de elevar el presupuesto militar de Francia de los 50.500 millones de euros actuales hasta 90.000 millones.
Además, París ha anunciado que sustituirá en Ucrania el sistema de satélites Starlink de Elon Musk, que EEUU ha desconectado, por el de la compañía francesa Eutelsat para que los militares ucranianos puedan seguir recibiendo datos que les permitan combatir mejor al invasor.
El plan europeo, promovido por París y Londres, consiste en desplegar una fuerza aérea de 120 cazas para defender tanto Kiev como el oeste de Ucrania, a la vez que enviar a 10.000 soldados al territorio ucraniano no ocupado por Rusia.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, repitió, sin embargo, por enésima vez que su país no tolerará la presencia allí de tropas europeas y considerará enemigo a cualquier soldado occidental que pise suelo ucraniano.
Mientras tanto, el secretario de Estado, Marco Rubio, reconoció abiertamente algo que los gobiernos europeos se niegan a admitir: que el conflicto ucraniano es una «guerra por procuración» entre dos potencias nucleares.
Es decir, entre Estados Unidos y Rusia, que son quienes ahora quieren negociar directamente, para disgusto de Europa, el fin de las hostilidades, lo cual supondrá inevitablemente la división definitiva del país.
Según Rubio, «no es la estrategia que tiene Europa», consistente en darle al Gobierno ucraniano lo que necesite y todo el tiempo que sea necesario.
Decidido a volverle la espalda a ese conflicto, la Casa Blanca ha ordenado además la deportación de en torno a 240.000 ucranianos que huyeron de su país y se refugiaron en EEUU.
El todavía presidente ucraniano podría tener los días contados de ser cierta la noticia que da el medio estadounidense Politico según la cual cuatro miembros del equipo de Trump han mantenido últimamente contactos con la oposición ucraniana.
Su objetivo era tantear la posibilidad de celebrar nuevas elecciones y desbancar a Zelenski, político que cambia de opinión cada día y del que Trump nunca se ha fiado.
Y esto no sólo en relación con la marcha de la guerra, sino también con la economía: no se sabe, por ejemplo, si las tierras raras ofrecidas a la codicia de Washington estaban ya comprometidas con el Reino Unido, país con el que Ucrania firmó un acuerdo de cooperación con una duración nada menos que de cien años.
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