Opinión | En el camino de la historia

Ahora todo son prisas

El presidente de EEUU, Donald Trump.

El presidente de EEUU, Donald Trump. / LEAH MILLIS / AP

Tras los pronunciamientos del mandatario norteamericano en su primer discurso ante el Congreso de EEUU al cumplir los 45 días de mandato manifestó con esa astuta y variable dialéctica que le acompaña que «el show no ha hecho más que empezar». Y que el mundo bailará al son de la música que en su momento ponga en solfa su afinadísima orquesta.

Dando por sentado que todos aquellos territorios donde ha puesto su punto de mira serán rescatados de una manera u otra para consolidar el desarrollo de una nación, los EEUU, desde 1860 hasta la fecha; recadito que manda a Groenlandia, a los mejicanos y a los que manejan el tráfico de mercancías en el Canal de Panamá; enfatizando con su prepotencia que ha logrado más en 43 días que la mayoría en cuatro y ocho años, desarrollando una política arancelaria, que al consumidor en la distancia helará el corazón y que producirá algo de perturbación, pero todos se irán adaptando a los nuevos tiempos.

Mientras Europa, capitaneada por una ¿Unión política? aún está en veremos dadas las reticencias no solo de los 27 países que la componen sino que dentro de esos mismos hay desavenencias de mucho cuidado por lo que busca con prisa acuerdos, lo que producirá desde la perplejidad y la contradicción que arrastra más cansancio, que después del parto de los hijos de Zeus, se hace difícil mantener siquiera en el espacio mítico ya que el trazado de fronteras impuesto desde arriba tras las dos guerras mundiales contribuyó a que las ideologías de los diferentes gobiernos que la componen estén en una pugna de marcada indecisión donde Putin con ínfulas imperiales procura también marcar el paso con su influencia, por ejemplo con la excepción húngara que se descuelga de la posición común; o la del gobierno español que desde que comenzó la guerra de Ucrania ha comprado a Rusia gas por un valor de 7.822 millones de euros que pone en evidencia el poderío ruso necesario para el funcionamiento industrial.

Europa, que salió del parto de Zeus con todas las características de un gigante con articulaciones pobres, no acaba de sentar las bases de cómo y cuándo alentar y favorecer una política que no estaba en ningún orden del día aprobando 800,000 millones de euros para su Plan de Rearme en los próximos cuatro años, donde aún se discute cómo financiarlos.

Europa, que parió, a su vez, civilización y cultura en muchos países de África que mal caminaron soportando vejaciones y traiciones, demuestra que las prisas siempre son buenas si van por el camino del nuevo orden, de un nuevo paradigma mundial que ha sido una constante en la evolución de la humanidad, pero si no queremos regresar al pasado con cierta prisa afrontemos el futuro con la dignidad que deben tener los pueblos reconociendo errores.

Y Europa, tras reunirse y tener prisa por hacerlo, debe reconocer políticas de errores precipitados como la del Sahara Occidental, donde precisamente en un territorio sometido por la Asamblea de Naciones Unidas a un proceso de autodeterminación que no llega, Elon Musk, el terrible personaje de la administración norteamericana, mantiene negociaciones con Marruecos para desplegar sus satélites Starlink sobre el Sahara Occidental, muy cerquita a Canarias.

Las fronteras se han evaporado y las exigencias de los pueblos se han minusvalorado, unos tienen prisa por afianzarlas y otros en hacernos mirar para otro lado eludiendo problemas que a Canarias han afectado históricamente tras una intermitente modorra de siglos.

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