Opinión | El recorte
Pólvora ajena

El portavoz del PP, Borja Sémper. / Marta Fernández - Europa Press
Estamos en un campeonato de adolescentes: a ver quién mea más lejos. Y como siempre pasa, el chorro de la demagogia sale mucho más fuerte desde la oposición que desde el Gobierno. El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, por semper fidelis, ha criticado que Hacienda haya decidido hacer tributar el IRPF a las personas que cobren los 16.500 euros anuales del Salario Mínimo. «Es una auténtica vergüenza» ha dicho casi con lágrimas en los ojos.
Si no fuera porque Cristóbal Montoro, el último ministro de Hacienda de los populares, nos sacó los hígados por la boca apretando las tuercas fiscales de las clases medias de este país, uno se lo creería. Pero es simple oportunismo. O, en el mejor de los casos, el síndrome del que torea desde la barrera. Habida cuenta de la gresca entre Sumar y el PSOE, o sea, entre Yolanda Díaz y la ministra María Jesús Montero, hay que reconocer que a la oposición se los han puesto ovoide.
Semper ha dicho, hozando en la polémica, que a la oposición le parece «una auténtica vergüenza que las rentas más bajas tengan que tributar por el IRPF». Con eso demuestra que tiene un grado inusualmente alto de ignorancia del sistema tributario español o que, sencillamente, sigue al pie de la letra eso de que la verdad no debe estropear un buen titular. Si se sube el mínimo exento por encima del SMI, es decir, por encima de los 16.500 euros, se sube para todo el mundo, incluyendo los que cobren más, que empezarán a aplicar el primer tramo de sus impuestos por encima de esa cantidad.
Los técnicos de Hacienda han hecho su tarea y le han avisado a la señora Montero, entre tos y tos y sevillanas, que elevar el mínimo exento de tributación puede suponer para el Fisco español la pérdida de unos dos mil millones en ingresos. Y considerando que este año la máquina trituradora necesita hacer caja como sea, porque entre otras cosas hay que comerse dieciséis mil millones de la deuda de los catalanes, no está el moño de la señora ministra para farolillos. Bastante tiene que tragar, siendo andaluza, con el ricino de los acuerdos que va firmando su señorito de Moncloa para que le dejen seguir usando el Falcon.
El Salario Mínimo, además, ya no es tan mínimo. En los últimos siete años ha pasado de los 736 euros a los 1.184, una subida de más de un 60%. Para las empresas, además, a ese salario hay que sumarle la Seguridad Social y las cotizaciones, con lo que se van a poner por encima de los 1.800 euros. No debe ser tan fácil absorber las subidas cuando desde 2018 han palmado casi 25.000 microempresas incapaces de seguir el ritmo. Tal vez sea la ley de la selva y estén muriendo quienes no están preparados para sobrevivir, pero es curioso que de esos pequeñísimos emprendedores que acaban bajando la persiana no se acuerde nadie.
Lo que viene a demostrar la oposición popular, defendiendo los mismos argumentos de Yolanda Díaz y Sumar, es que el populismo no tiene color. Lo más fácil del mundo es disparar con pólvora ajena. Los socialistas, que acogotan a las pequeñas empresas para que paguen un «salario digno», al menos son coherentes: van a recaudar a saco. A ver de dónde va a salir si no el sueldo de las Yolandas.
Suscríbete para seguir leyendo
- Un gran espacio de ocio y viviendas accesibles: Santa Cruz licita por 6 millones las obras que transformarán La Salud Alto
- Un incendio de palés afecta a dos naves de un polígono industrial de Tenerife
- Incendio en el Polígono de Güímar
- Un punto de venta de cocaína, crack y heroína es desmantelado en La Laguna
- Cumbre sobre el riesgo de desprendimientos en Tenerife después de que una piedra destrozara una casa
- Pelea entre dos familias en unos juzgados de Tenerife este martes
- Es un escándalo lo que le hacen cada semana': el asombro por las actuaciones arbitrales al CD Tenerife traspasa la Isla
- Santa Cruz coloca 36 nuevas vigas en el puente de la avenida Marítima para evitar su colapso