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Ooooops, I did it again

Ooooops, I did it again

Ooooops, I did it again / Adae Santana

Ah, sí, el cuento ese de que nadie nos iba a proteger mejor que una potencia extranjera totalmente brotada y en pleno estado de descomposición se merece un premio Herralde de literatura como mínimo. Mi voto lo tienen. Convencieron a tanta gente de que estábamos ante el mal menor que terminamos por olvidar lo que hizo Mercadona con sus precios nada más iniciarse la guerra. En lo que respecta a Juan Roig nada de lo que sube baja, tal es la persona que no se le aplican las leyes de la física, solo las del derecho laboral. Veamos, tras unos tres años padeciendo las consecuencias materiales de la guerra europea contra Rusia por un conflicto que podríamos haber resuelto en unas semanas, ¿nos hemos dado cuenta ya de que el enemigo de Europa no es otro que Estados Unidos o aún necesitamos más tiempo de descuento en la caída del guindo? Mi amor, ¿no te apetece comerte tu plato de análisis geopolítico elaborado por youtubers felices con podcast que han crecido libres en pastoreo y sin estrés? Con lo que te gustan a ti los macacos con micrófonos de alta gama, termínatelo, anda. Si nos lo planteamos como un gag humorístico y no como lo que es en realidad -este es mi truco para afrontar en ocasiones lo que me rodea, cierro los ojos y me imagino, o me intento imaginar, que estoy ante una broma muy elaborada y no ante… bueno, pues eso, la realidad- tiene muchísima gracia. Quizá morder la mano de quien te surtía de gas no ha sido la mejor estrategia. Es probable que tampoco estuviéramos muy finos al considerarnos amigos de un país belicista que nos necesita para mantener su industria armamentista, tal y como Podemos señaló desde el principio. Claro, quién iba a tomárselos en serio cuando visten tan así, tan como de pobres… Normal. ¿Cuántas vidas humanas se podrían haber salvado? Tantos hombres reconvertidos en soldados a la fuerza, tantas mujeres violadas y asesinadas, tantas familias rotas o, en el mejor de los casos, desplazadas. ¿Cuántas tragedias e injusticias podrían haberse evitado? Qué ridiculez por mi parte hablar de vidas humanas cuando este continente es experto en tratarlas como si estuviéramos hablando de cambio que echar en una máquina tragaperras y no de seres humanos, pido disculpas. Ya saben que uno de mis principales defectos es que nunca pienso primero en la economía, cuando se trata de ciertos temas sigo siendo un tanto naif. Ahora solo falta que salga Margarita Robles a repetirnos que Borell fue gran comisario con una trayectoria ejemplar y ya estaríamos todos en la fiesta. Acaso no tuvieron todos los países europeos la oportunidad de sentarse a negociar con quien tanto les desagradaba (me pregunto quién decide qué ocupaciones son tolerables y cuáles no, qué facilita que una línea sea roja para algunos y amarilla para otros; me respondo que en Ucrania son blancos y tienen los ojos claros y en otros lugares del mundo ni lo primero ni lo segundo)… Será que con los criminales de guerra rusos no cabe margen de tolerancia alguno pero ah, cuando el criminal de guerra es israelí lo dejamos volar sobre nuestros espacios aéreos y convertimos las órdenes de detención en vino. Les daba asco Putin y les daba asco Trump, así que los dos se reunieron a pesar de que nadie quería reunirse con ellos y al final ya ven ustedes, está por solucionarse la guerra. En el desenlace del cuento no está de más preguntarse por el destino de Zelensky, con quien me sucede algo un tanto extraño: por más que ha aparecido hasta en la sopa para mendigar dinero no consigo recordar cómo era su cara. Me esfuerzo y nada, apenas llego a recordar el estilo camuflaje verde oscuro que lo caracteriza. La mente humana hace uso de todo tipo de estrategias para protegerse a sí misma de recuerdos traumáticos. Sí, no me gustaría estar en sus zapatos, lo apostó todo a la comunidad internacional creyendo que la OTAN le salvaría solo para descubrir que existen otros países más allá del binomio EE.UU-EU. ¿Qué qué es la OTAN y para qué sirve? Y tú me lo preguntas, amor mío. La OTAN eres tú… n

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