Opinión
Vicente Magro Servet
Consistencia e inconsistencia

El paro baja en Canarias en 50.300 personas en 2024 y se crean 37.300 empleos
Cuando hablamos de que alguien es consistente lo referimos a que se trata de una persona capaz de mantener un ritmo adecuado y permanente en su actividad. Y cuando se trata de la profesional hablamos de personas que cuando trabajan en el mundo de la empresa privada y en la administración son muy reclamadas por su continuidad y alto rendimiento.
Cuando una empresa trata de buscar a alguien por su departamento de recursos humanos lo hace con las miras puestas en gente que sea «consistente» y sea capaz de dar lo mejor de sí con el objetivo de conseguir buenos resultados para el fin de esa empresa. Así, quienes tienen la capacidad decisoria respecto a quién contratar, o encomendar a alguien una tarea concreta, sea de la responsabilidad que sea, las personas consistentes y sólidas son las más deseadas para cubrir vacantes.
Sin embargo, cuando se aspira a encontrar un puesto de trabajo no se pone el acento, a veces, en ofrecer el valor de la consistencia, sino que lo que se desea es trabajar sin más, pero sin ofrecer los valores que está buscando en este caso el empleador, que es quien puede elegir y seleccionar a la persona que cubra más las expectativas y características que está buscando la empresa en concreto. Porque no se trata de dar un trabajo por el mero hecho de cubrir vacantes, sino de buscar a aquellas personas que se adapten mejor al puesto en concreto y puedan ofrecer características personales distintivas que no todos tienen y que los que están en condiciones de ofrecer consistencia y solidez en su trabajo tendrán mayor facilidad para ver aceptadas sus peticiones de búsqueda de empleo.
Si buscáramos sinónimos sobre la consistencia, podríamos citar la solidez, dureza, firmeza, resistencia, estabilidad, permanencia, duración, coherencia, congruencia y un largo etcétera de términos que giran sobre una misma idea acerca de poder ofrecer, quien aspira a un puesto de trabajo, esta característica personal de la consistencia, que permite que una persona se distinga del resto ante una oferta personal en su forma de comportarse ante una actividad laboral que le va a suponer un auténtico plus a quien le contrata, porque tendrá garantizada la productividad, así como la calidad en el desempeño de la función que le van a encargar.
Por el contrario, como términos antónimos u opuestos al de la consistencia podemos citar la inestabilidad, inconsistencia, fragilidad y, en definitiva, la conducta o actitud, de algunas personas que no aportan nada en su actividad laboral, y que, además, provocan en el resto un cierto peligro de copiar estas formas de actuar, o el desánimo en quien pone todo su empeño y consistencia en trabajar con solidez, pero comprueba que recibe la misma retribución salarial que la persona que es inconsistente y que, en lugar de aportar y sumar a la empresa, lo que hace es restar.
Debería, por ello, prestarse especial atención en la respuesta que la empresa o administración pública da al rendimiento de las personas consistentes y a las inconsistentes, porque estas últimas provocan un efecto negativo en el comportamiento de los demás.
Por todo ello, el objetivo que se debe tener es que no se trata de trabajar en una empresa o administración por cumplir un horario, o hacerlo para cobrar una retribución, sino de asumir que cada uno de nosotros somos parte importante en el sector donde realizamos nuestra actividad laboral, y que la suma de los esfuerzos de personas consistentes conlleva siempre un mayor resultado, que se plasma en la productividad y obtención de mayores beneficios que repercuten en todos y, sobre todo, en aquellas personas que reciben el servicio de los que trabajan en la empresa o administración pública, y que van a ver resuelto su problema de una manera más rápida y eficaz que si el trabajo lo realizan personas inconsistentes, poco sólidas y sin ganas de realizar un buen trabajo que es por el que cobran todos los meses.
Así, hay que recordar que no se trata de trabajar, sino de hacerlo bien, de una forma ágil y rápida y dando unos resultados óptimos en el sector donde se trabaja, de ahí que las personas consistentes son muy demandadas en todos los sectores y las inconsistentes y poco comprometidas con el objetivo de la empresa o administración para el que trabajan provocan el rechazo, no solamente de sus compañeros, sino, también, de los responsables para quienes trabajan, y con el riesgo de perder el puesto de trabajo del que no solamente viven ellos, sino también su propia familia.
Por ello, la consistencia se trata de un valor que todos los ciudadanos deberíamos tener presente, porque un esfuerzo global en conseguir ser todos más consistentes en nuestra actividad diaria conllevará que alcancemos una sociedad mejor y con unos beneficios notables para uno mismo y para quien se trabaja.
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