Opinión | El recorte
Las guerras del aire
Ryanair acusa a AENA de que la estructura de precios aeroportuarios está orientada a grandes aeropuertos e impide el crecimiento en los regionales, que «no son competitivos porque están vacíos»

Aeropuerto Tenerife Sur. / Arturo Jiménez
El aire está echando fuego. No porque haya una guerra de arcángeles sino porque ese gran negocio que son las autopistas del cielo tiene a todo el mundo con el cuchillo dando tajos para llevárselo crudo.
Hace ya años, Madrid, ese gran ombligo donde reside confortablemente el núcleo del poder del Estado, decidió vender el sistema aeroportuario español para meter más dinero fresco en las necesidades presupuestarias. Se vendió el 49% de AENA, dando entrada a importantes grupos empresariales del país, alguno de ellos muy vinculado a las Islas Baleares. Canarias, por supuesto, se quedó en la puerta de la calle. No está, ni se la espera, ni en la parte pública ni en la privada.
Desde entonces hasta hoy, los aeropuertos canarios se han convertido en una máquina tragaperras. Un negocio al lógico servicio del bolsillo de esa gran empresa. Pero para un territorio que vive del turismo, como es nuestro caso, es más importante ingresar 24 mil millones al año por la venta de servicios turísticos que cobrar tasas aeroportuarias elevadas, que pueden perjudicarnos en la competencia con otros destinos.
Muchas compañías está hoy en medio de una guerra contra AENA por el aumento de la fiscalidad que les cascan en los aeropuertos españoles. Ryanair acusa a AENA de que la estructura de precios aeroportuarios está orientada a grandes aeropuertos e impide el crecimiento en los regionales, que «no son competitivos porque están vacíos».
La amenaza de la compañía es desviar vuelos hacia Italia, Suecia, Croacia o Hungría que tienen precios más baratos y permiten abaratar a su vez los precios de los billetes que pagan los viajeros, que es una de las claves del éxito de compañías low cost. La competencia es tan feroz que hasta Suecia ha anunciado este año la supresión de un impuesto medioambiental. Sigue la estela de Italia, que anuló la tasa turística en los vuelos a Calabria. En España, AENA va a contrapelo. En los últimos dos años ha aumentado sus tasas en más del 4,5%. En España el sobrecosto que paga cada viajero oscila entre entre los 7 y los 18 euros, aproximadamente,
Cuando uno revisa el listado de tasas aeroportuarias puede observar ,¡qué curioso!, que los aeropuertos canarios, algunos meses, cargan a las compañías que operan en las islas con un coste mayor que, por ejemplo, algunos aeropuertos de Baleares. ¿Será que allí los aeropuertos dan menos servicios? ¿Será que por ejemplo no ofrecen a sus pasajeros dos horas y media de ocio en una cola para pasar el control de pasaportes? ¿O una hora y media esperando una guagua atascada en la autopista para que les lleve al hotel?
Igual es por eso que en el Tenerife Sur o en Gando se pagan entre 10,68 euros y 13,58 por cada pasajero según venga de un espacio económico europeo o zona internacional. ¿Y en Palma de Mallorca? Pues desde abril hasta octubre, se pagan 8,82 y 11,14 euros porque no es temporada turística. ¡Qué alta sensibilidad con los residentes locales! La misma que tienen con Ibiza y Menorca durante los mismos meses. Cómo se nota que en AENA están más cerca de Baleares que de Canarias.
Suscríbete para seguir leyendo
- Adiós a este emblemático negocio de Santa Cruz: símbolo cultural y social de Tenerife
- Nuevo atentado a un espacio natural protegido de Tenerife: fiestón en la playa de la Caleta de Adeje 'en nombre de Dios
- Josimar Godoy, el canario con la segunda mejor nota del FIR en España: 'Salí muy bien preparado de la ULL'
- Crisis en el área de cantera del CD Tenerife: Rayco García trata de evitar la salida de Jony Vega
- El retiro de los primeros 'baby boomers' dispara las jubilaciones en Canarias
- La Laguna Tenerife suma un triunfo de orgullo... y para sentirse orgulloso
- El Carnaval de Santa Cruz da la bienvenida a África con el escenario más grande de España
- Ya es firme la ilegalidad del precinto y paralización de la obra del Arts, en Arona