Opinión | El verdadero reto

Emma Riverola

Los dados y la lluvia ácida

US President Donald Trump, center, during a signing ceremony in the President's Room during the 60th presidential inauguration at the US Capitol in Washington, DC, US, on Monday, Jan. 20, 2025. President Donald Trump launched his second term with a strident inaugural address that vowed to prioritize Americas interests with a "golden age" for the country, while taking on "a radical and corrupt establishment." Photographer: Melina Mara/The Washington Post/Bloomberg

US President Donald Trump, center, during a signing ceremony in the President's Room during the 60th presidential inauguration at the US Capitol in Washington, DC, US, on Monday, Jan. 20, 2025. President Donald Trump launched his second term with a strident inaugural address that vowed to prioritize Americas interests with a "golden age" for the country, while taking on "a radical and corrupt establishment." Photographer: Melina Mara/The Washington Post/Bloomberg / Melina Mara. BLOOMBERG

Quizá es esa capa tóxica de corrupción, cortoplacismo y complacencia exhalada por algunos políticos. Quizá ese revoltijo de desinterés, enojo o impotencia que invade a buena parte de la ciudadanía. El resultado es que la contaminación ha llegado a la atmósfera y sus ácidos son devueltos a la tierra. A veces, en forma de lluvia fina de desafección. Otras, tormentas voraces de crispación. O una niebla espesa que impide pensar alternativas. O esa nieve que crea una falsa sensación de uniformidad: la claudicación del todos son iguales.

Así estamos, bajo la lluvia ácida. Gobierno y oposición exhibiendo su desdén y su incapacidad de pactar. Entre supuestos aliados, la cosa no va mejor. Compañeros de viaje que destinan todos los esfuerzos a desprestigiar al otro. Ahí está Puigdemont insistiendo en implicar al Estado en los atentados del 17A: dosis de odio para consumo de sectarios.

Mientras, la falta de vivienda asequible succiona proyectos vitales. La maternidad se pospone o se descarta. El racismo crece y se ceba en una inmigración que necesitamos. Cada día somos peores o nos sentimos peor. Y los márgenes están superpoblados. Crece la pobreza, los ricos más ricos y el mundo se prepara para la tormenta perfecta.

Trump está a punto de tomar la presidencia de EEUU acompañado de su corte inclemente. La pandilla de millonarios tecnológicos le hace la ola y el club de los líderes autoritarios le da la bienvenida. La mayoría de la población del planeta aplaude al nuevo emperador, eso dice la última encuesta global del Centro Europeo de Relaciones Exteriores. Mientras, el cambio climático muerde con saña, los recursos son depredados y la IA dibuja un mundo para el que nos faltan planos y nos sobra control. ¿Entendemos que estamos ante una situación de emergencia? ¿Lo saben quienes convierten el terreno político en un frívolo tablero de juego? Solo esperan que los futuros dados electorales les sean más propicios, sin entender que el verdadero reto es mantener esos dados a salvo de la lluvia ácida.

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