Opinión | Lo que los ojos no ven

Domingo Medina

Casa Fonseca Baulén

Fachada de la Casa Fonseca Baulén.

Fachada de la Casa Fonseca Baulén. / Mari Cruz del Castillo Remiro

El ingeniero militar italiano Leonardo Torriani dejó escrito, tras su visita a la ciudad de San Cristóbal de La Laguna para redactar el primer plano de la misma, en el año 1588, que «mirando desde la altura de alguna montaña vecina, toda la ciudad tenga buen aspecto, por ser las calles rectas, las casas llenas de árboles, y agradable laguna». Y en cuanto a sus habitantes dijo: «Aquí residen la justicia y el concejo, los hidalgos ricos y mercaderes de España, de Francia, de Flandes, de Inglaterra y de Portugal; entre éstos y los isleños, hay gente muy rica». Entre las primeras calles que se trazaron en la ciudad, en 1500, estaban la del Agua, Los Herradores, La Carrera y San Agustín, no así la hoy conocida como Anchieta, pero sí fue construida para integrarse como una de las principales de La Laguna a partir del año 1515.

En aquellos momentos, las primeras viviendas eran mayoritariamente de una planta y posteriormente, muchas de ellas, fueron ampliadas, como es el caso, en el siglo XVIII, de esta edificación que hoy imaginariamente visitamos, la Casa Fonseca Baulén, mandada construir por Juan Álvarez de Fonseca, quien ostentó en dos ocasiones el cargo de capitán general de las Islas Canarias, también el de gobernador y justicia mayor de Tenerife y La Palma, en el siglo XVI. En la fachada de la casa se conserva el escudo de armas de su fundador en Tenerife. Esta vivienda fue rehabilitada coincidiendo con la misma fecha que se empedró la calle en 1762.

Al contraer matrimonio Juana de Fonseca Mesías y Llarena (1690-1770) con el sargento mayor Luis Tomás Baulén de Ponte y Llarena (1683-1736), regidor perpetuo de Tenerife, pasó la propiedad de la casa a esta familia, cuya última representante fue Francisca Baulén y Castro-Ayala, que, en 1843, contrajo matrimonio con Nicolás de Lorenzo-Cáceres y Martínez de Santaella (Alfonso Soriano Benítez de Lugo).

Fachada de la Casa Fonseca Baulén. | MARI CRUZ DEL CASTILLO REMIRO

Patio central de la Casa Fonseca Baulén. / M. C. C. R.

La vivienda Fonseca Baulén, de dos plantas, típica vivienda residencial con gabinete, cuenta con un amplísimo patio central y fachada ordenada simétricamente en torno al único acceso central, una puerta de madera y dos ventanas a ambos lados en la primera planta, así como tres en la segunda. Después de muchos años deshabitada fue sede del Instituto Universitario de Lingüística Andrés Bello, hasta su traslado a la Facultad de Humanidades, sección de Filología, en el Campo Universitario de Guajara de esta Ciudad.

El 13 de abril de 2007, el entonces presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior Navarro, inauguró en esta vivienda, después de una amplia y apropiada rehabilitación, el Centro de Documentación de Canarias y América (Cedocam). Este organismo que se integra en Museos de Tenerife, es una biblioteca especializada que tiene como misión principal la potenciación de las relaciones culturales y los elementos de identidad comunes entre Canarias y América. Su finalidad es la recopilación, conservación, investigación y difusión del patrimonio documental compartido, y su función se orienta a las consecuencias de tales fines. Cuenta con un fondo bibliográfico de libre acceso que puede consultarse en el catálogo de la Red de Bibliotecas Canarias.

Patio central de la Casa Fonseca Baulén.

La fachada de Lercaro. / M. C. C. R.

También dispone de una sala biblioteca de temas canarios, donde se pueden encontrar gran parte de los libros editados en nuestras islas. En la sala David Fernández. Fondo Canario Americano, se pueden consultar libros relacionados con las obras sobre la labor realizada por los canarios en América. En la sala Mediática, está el material bibliográfico, visual y sonoro de Canarias y América. Tiene una hemeroteca, donde se procesan y ofrecen consultas de publicaciones periódicas sobre Canarias y América. En la Sala de Exposiciones Patrimonio Bibliográfico de Canarias, es donde se incluyen las obras más valiosas, de los siglos XVII y XVIII sobre Canarias, asimismo, está la Sala de lo Antiguo, donde se puede investigar, bajo acceso restringido, los fondos comprendidos entre el siglo XVII y el XX.

Patio que une dos edificios

Esta histórica edificación, la Casa Fonseca Baulén, donde se encuentra actualmente el Cedocam, está unida a través de un amplio y hermoso patio arbolado, característico de las viviendas laguneras de la época, con el Palacio Lercaro, sede actual del Museo de Historia y Antropología de Tenerife, que nos transporta por la historia de nuestra Isla desde la época de la conquista hasta nuestros días. Originariamente estas dos edificaciones son construcciones distintas e independientes, una tiene su acceso por la calle San Agustín y la otra por la de Anchieta, y así continúan desde el punto de vista arquitectónico, pero sí prestan servicios que están ligados y coordinados al Organismo Autónomo Museos y Centros, creado en 1990, que se estructura como Organismo Autónomo Local, con personalidad jurídica propia, con plena capacidad jurídica y de obrar, para el adecuado desarrollo de su política museística.

De dos plantas, es la típica vivienda residencial con gabinete que cuenta con un amplísimo patio central

La política de rehabilitación y conservación de los edificios históricos de La Laguna, llevada a cabo, principalmente por las distintas administraciones públicas, desde la llegada de la democracia a las instituciones, como el Ayuntamiento de La Laguna, Cabildo Insular de Tenerife y el Gobierno de Canarias, así como la Fundación Caja Canarias y particulares, vienen marcando un exitoso doble objetivo, el de conservación de los mismos y el de dinamizar la política cultural, principalmente la que hace referencia a nuestra historia, tanto local, insular, como archipielágica. El mejor ejemplo se puede apreciar en la dinamización del casco histórico lagunero, complementándose con la peatonalización del mismo.

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