Opinión | En el camino de la historia

Elogio a la apariencia

Muchas frutas y hortalizas son descartadas para su venta por su apariencia.

Muchas frutas y hortalizas son descartadas para su venta por su apariencia. / UNSPLASH

La realidad es como una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes y no podemos hacerlos desaparecer cuando se quiera puesto que se vive en un mundo que, en grados diferentes, es el que es, aunque se puede cambiar por actividades externas que duran su tiempo o ante imprevistos fenómenos de tragedia o de guerra. Sin embargo, esa cotidianidad dentro de un determinado periodo de años se decide enturbiar o disfrazar por las apariencias de las que no hay que fiarse.

Lo que provoca que en el espacio sociológico del irracionalismo se esté descorriendo el telón de un escenario cuyo argumento principal consiste en promover el elogio a la apariencia donde junto a ella aparece la duda. Además, se agrega al alegato como cuestión primordial, la emotividad, a la que se considera un sentimiento con un valor en alza como si fuera un influencer apoyado por un sinnúmero de seguidores que no solo predican la venta de sus productos-ideas vacíos de contenido sino que van más allá influyendo en el comportamiento de las personas donde los cultivadores de la realidad, los intelectuales se suplantan por intelectualoides de salón y de pantalla .

Y a través de la emoción se podrán sacar conclusiones erróneas, que nada tienen que ver con la realidad disfrazada de apariencia. Aunque eso es lo de menos, no importa; lo necesario es sentirse confortable y bien con el discurso altisonante donde la semiótica a través de sus signos nos traduce que a pesar de los sonidos cautivadores que estamos viento en popa y a toda vela seguimos instalados en la ignorancia a qué viento se refiere y en qué barco navegamos.

La apariencia sigue resplandeciendo ante el ocaso de la sombra de la realidad que se esconde, es como si el discurso se cortara, se acabara e inconscientemente se deseara seguir, que no termine, porque entonces comenzará otro y otro y al final, lo que no es, lo que se aparenta sigue como el mejor camuflaje de la realidad.

Se ha comentado que los tiempos no están para discursos envueltos en retóricas huecas y de ahí el que se haga un Elogio a la locura de Erasmo de Rótedarm , como que no, sino que es el elogio a la apariencia el que se está universalizando donde a pesar de todo, la noticia es inamovible, pero, sin embargo, los rumores hacen que esta se olvide y sigamos tras el rumor, un día sí y otro también. Gianni Vattimo lo confirma en El pensamiento débil enfatizando que convivimos en una realidad aligerada netamente dividida entre lo verdadero, la ficción y la apariencia.

Todo esto permite que por medio del lenguaje se construyen enormes edificios de representación simbólica que parecen dominar la vida cotidiana donde el simbolismo llegará a ser una realidad aparente, donde se cambian los signos, la dialéctica continúe roma y hasta las promesas dando paso a la apariencia que en parte es necesidad ineludible de la política y para el mantenimiento del poder. De ahí el elogio que de ella se hace.

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