Opinión

Un mes recordando el deporte

El Tenerife celebra la victoria con su afición

El Tenerife celebra la victoria con su afición / Carsten W. Lauritsen

Enero del 2024, el año en curso, viene siendo un mes muy ligado al mundo del deporte. Una actividad que siempre me ha gustado, unas veces por haber sido y otras por ser directivo en algunas ocasiones o aficionado a algunos de los equipos participantes. En el mes de enero he tenido la oportunidad de disfrutar de ello y he querido recordarlo mediante un acta personal de mis ejercicios y mis aficiones en la semana en que el Canarias de La Laguna, hoy Lenovo Tenerife, juega a baloncesto contra el equipo del Barcelona después de la fiesta de los Reyes Magos en la Hamburguesa tinerfeña y pierde en el último segundo por un triple del jugador Parker (81-84). Así mismo en la tarde del viernes 16 de enero en que el CD Tenerife jugó con el equipo del Mallorca en el Estadio Heliodoro Rodríguez López la eliminatoria de la Copa del Rey y pierde en el último segundo por 0-1. Menos mal que ese mismo día, antes del fútbol, pude disfrutar a las 7 de la tarde del encuentro entre las selecciones de waterpolo, Croacia y España.

Primero fue el fútbol, con Garitano como entrenador del Tete, luego el baloncesto con Vidorreta como manager del Lenovo tinerfeño y finalmente el waterpolo español con David Martín de coach que logró para España el oro que le faltaba en su haber deportivo waterpolista por el gol final de Alerto Granados a falta de 48 segundos, después de remontar el 10-8 de Croacia, así como por la actuación del portero español, Edu Lorrio. Estas tres actividades me llevaron a recordar mi juventud deportiva particularmente mis años deportivos en los equipos de fútbol y baloncesto de mi Villa natal, La Orotava, en el norte de Tenerife, donde jugué algunos años en los equipos de baloncesto Águila del Valle y San Isidro, como pivot, y en el equipo juvenil del Plus Ultra, como defensa central, que antes de marchar a Madrid conseguimos ser campeones de Tenerife en el fútbol de 1959, sin olvidar mi etapa del Veteranos Villa, en el que aún seguimos participando a niveles sociales y gastronómicos. A mi vuelta de Madrid me dediqué a apoyar estas dos disciplinas deportivas como dirigente en La Orotava aunque más tarde mi vida social me trasladó al Puerto de la Cruz, donde mis tres hijos se cambiaron de deporte y se fueron al mundo del agua en el C.N. Martiánez: tres a la natación y dos de ellos, Fran y Juanpa, al salvamento y socorrismo y al waterpolo y donde fui presidente del Club durante unos pocos de años. Por todas estas razones aprovecho las actividades deportivas de cada mes para disfrutar de la vida pese a las disfunciones comunitarias. Mis dos nietos me siguen.

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