Opinión | La cantina ilegal

Clásicos murgueros

Entre las 21 murgas adultas en concurso que saldrán finalmente, Guachinquietas es la novedad.

Entre las 21 murgas adultas en concurso que saldrán finalmente, Guachinquietas es la novedad. / El Día

Comienza una semana terrible; yo la llamo la semana del ibuprofeno porque, entre las discusiones en mi Cantina por las actuaciones de unas murgas y otras, la disconformidad con el jurado o el fanatismo del que vocifera que su murga fue la mejor, me ponen la cabeza como un bombo. Es raro el cliente que pase por aquí y no me pregunte: ¿Qué te parecieron las murgas anoche? Otro clásico de la semana es la preocupación de mi viejita que, cuando voy a buscar las garbanzas, siempre me dice: ¡cuidado no cojas frío en el Recinto!

Es una semana de tradiciones: Está la del que no ve a todas las murgas pero se cabrea con el fallo del jurado; la de aquellos que no paran de hablar mientras cantan las murgas y no dejan escuchar al de al lado; la de los que se pasan la mitad del concurso en las cantinas del recinto; la de los que se jartan a cañas y se pierden actuaciones haciendo cola en el baño; la de los que quieren saber mi quiniela; la de los que te dan una lección magistral de murgología aunque nunca han estado en una murga; la de los que hacen resonancias magnéticas a las canciones sin haber escrito jamás una letra; la de los que te dicen que agüita cómo sonaron Los Fulanitos, sin haber puesto atención a lo que cantaban mientras sonaban tan bien; la de los que se ponen de pie sobre la silla y no dejan ver al de atrás; la de los que se llevan el bocadillo pa´no dejarse el sueldo en el concurso...

Sin duda, comienza una semana que suele ser cíclica porque cada vez que llega se repiten, una y otra vez, situaciones que mis clientes suelen bautizar como clásicos murgueros.

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