Opinión | La cantina ilegal

Una final infantil

Concurso de murgas infantiles, tercera fase.

Concurso de murgas infantiles, tercera fase.

La de ayer sábado fue una noche de alegrías y decepciones. Después de la entrega de premios del concurso de murgas infantiles, pasaron por mi cantina componentes y familiares, tanto de los premiados como de los que se quedaron sin cartón y, a pesar del fallo, reinó la cordialidad y tanto unos como otros compartieron con cariño un buen plato del condumio de mi viejita.

El asunto común en las conversas fue el poco público asistente a las distintas fases del concurso de estos días, exceptuando tal vez el final de la tercera fase en la que la proximidad a la entrega de premios, otorga más emoción a la cosa y a la gente le da por darse un salto. Yo ya se que hay muchas murgas que no están por la labor de volver a una final infantil, pero estoy convencido de que un aumento de competitividad conlleva un incremento de la emoción, y éste a una mayor afluencia a unas fases que crecerían en incertidumbre y a una final por la que el interés se dispararía. Me encantó la frase de Paco Cortés, referente en la modalidad con medio siglo de murgas infantiles a su espalda, cuando dijo que los niños, niños son y que si han de llorar por no ganar un premio lo harán en una final, igual que lloran al término de la tercera fase. Tal y como ocurrió la última vez que hubo final infantil, el Recinto rozó el lleno y los concursantes pudieron cantar con un auditorio plagado de fieles. Lo disfrutaron.

Quizás merezca echarle una pensada y evitar la cabalgata de aficiones que va a ver solo a los suyos, ya que estoy seguro de que, haya pasado su murga o no, acudirían a disfrutar de una gran final infantil.

Tracking Pixel Contents