Opinión | Desde el Blocao

Jerónimo González Yanes

Los tinerfeños del 64 de Infantería en el Rif, 1924-2024

Despedida del Regimiento de Infantería “Canarias” 50

Despedida del Regimiento de Infantería “Canarias” 50 / C. E. P.

Desde el año 2021 se vienen celebrando las efemérides de aquellos soldados canarios que contribuyeron a la pacificación de la zona del Rif, donde participó la Batería de Montaña de Tenerife, a fin de contribuir a la pacificación de la zona en conflicto bélico. El 14 de septiembre de 1921 –festividad del Cristo de La Laguna–, partieron 183 hombres al mando del capitán Salvador Iglesias Domínguez hacia las ciudades de Larache y Ceuta. Unos meses después, se le unieron otros 66 efectivos de la isla al frente africano.

Esta unidad participó en numerosas combates y acciones de guerra, destacando las de Feddan-Yebel, así como la toma de las posiciones de Gonas, Adro y Afenín. La Batería –en su conjunto– la componían en torno a doscientos cincuenta hombres, medio centenar de mulos, así como enormes y voluminosas piezas artilleras, además de otros pertrechos, que formaban un blanco perfecto para los rebeldes, pero a pesar de ello la unidad no sufrió un solo muerto por acciones de guerra.

Tras trece meses de campaña en zona de guerra, en la que perdieron la vida numerosos efectivos de otras unidades del Ejército español, los artilleros de Tenerife regresaron el día 17 de octubre de 1922, formando la unidad frente al Cristo de La Laguna –como en la ida– en la plaza que lleva su nombre, dando gracias por el retorno sin una sola baja como se dijo.

Hecha la anterior explicación, recordar que no solo acudieron los artilleros citados al campo de batalla africano; porque unos años después, los soldados tinerfeños pertenecientes al Batallón expedicionario –del Regimiento de Infantería nº 64 de línea– acudieron a ese destino al mando del teniente coronel Salvador Acha Caamaño, teniendo su bautismo de fuego en tierras rifeñas el 21 de septiembre de 1924.

Ello obedeció al planteamiento del presidente del Directorio Militar –Primo de Rivera–, para retranquear las fronteras del protectorado y asegurar su presencia en posiciones más seguras y de fácil defensa, dejando las más complicadas. El problema de Marruecos preocupaba mucho al Gobierno, pues en ese momento el avance de las tropas españolas se había estancado, debido a la interrupción de negociaciones con el jefe de las tribus de la zona de Yebala.

En esta ocasión y antes de partir a tierras africanas, también fueron a implorarle al Cristo de La Laguna, pero a pesar de que retornaron a la Isla la inmensa mayoría de sus efectivos, durante ese acontecimiento lamentablemente sí hubo bajas por hechos de guerra –en torno a veinticinco hombres–, siendo enterrados en el cementerio católico de Alcázalquivir.

Como bien dejó constatado Vejota, pseudónimo de Juan Vera Marrero, un militar que participó en esa guerra y que a través de las crónicas que enviaba al periódico Gaceta de Tenerife, se tiene preciso conocimiento de ello. Además de por un libro publicado por Ediciones Idea, en 2004, donde se detalla todo el itinerario bélico de esta unidad en tierras africanas, desplazadas desde su acantonamiento en el emblemático cuartel tinerfeño de San Carlos, en la actualidad rehabilitado parte del mismo, hacia aquel territorio hostil.

En síntesis, su campo de actuación fue por una amplia zona del noroeste del protectorado, partiendo desde Larache y avanzando hacia Alcázarquivir, las zonas de acción –principalmente– se desarrollaron por Mexerah, Teffer, el propio Alcázarquivir y Mexerah, esencialmente por zonas montañosas de difícil comunicación, peor abastecimiento y complicada defensa. Allí cumplieron su misión nuestros anónimos soldados, dejando algunos su vida y como dijo el propio Vejota en sus crónicas «como tinerfeño, como infante del 64, como camarada de esos bravos que en Marruecos» colocaron bien alto el nombre de la tierra canaria.

Con estos dos hechos de armas –los artilleros de 1921 y los infantes de 1924–, queda acreditada la contribución de nuestros soldados canarios a la pacificación del territorio africano, una guerra colonial que les venía lejos y sin un fin concreto. Por tanto, merecen, ¡un especial recuerdo para aquellos héroes!

En la actualidad, el continuador o descendiente de ese Batallón expedicionario de Tenerife se encuentra integrado en el Regimiento de Infantería Tenerife Nº 49 (mi Unidad en la primera mili, pues yo la hice dos veces…), con sede en la Base de Hoya Fría, de Santa Cruz de Tenerife.

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