Opinión

Omar Batista M.

Un acuerdo estratégico en La Laguna

Luis Yeray Gutiérrez, secretario general del PSOE de La Laguna y alcalde del municipio.

Luis Yeray Gutiérrez, secretario general del PSOE de La Laguna y alcalde del municipio. / Carsten W. Lauritsen

Puerta abierta para un pacto estable en La Laguna con el liderazgo de Luis Yeray Gutiérrez como garantía de progreso. Las posibilidades del líder lagunero se magnifican cada día ante las demostraciones constantes de su capacidad de adaptación y entendimiento de los tiempos. El acuerdo que se vislumbra en el municipio lagunero lleva semanas haciendo cómplices a ciudadanos que apoyan a CC y PSOE, que han visto con buenos ojos las negociaciones entre ambas organizaciones en el Congreso de los Diputados.

La agenda en este mandato no puede entretenerse y tiene como prioridad sostener los ya muy costosos compromisos del consistorio con multitud de agentes sociales y económicos, a la par de debe dar solución a los problemas que rodean a la movilidad insular, en la cual, quienes gobiernan La Laguna tienen mucho que decir ante las instituciones supramunicipales.

Este movimiento es novedoso, pues la voluntad de pacto que se había diseñado hasta ahora en el PSOE de la provincia de Santa Cruz de Tenerife estaba orientada a evitar el acuerdo con Coalición Canaria y buscarlo con Unidas Podemos o el Partido Popular.

El primero de los modelos acuerdo se daba por pragmatismo ideológico, en tanto en cuanto parece más sencillo acordar medidas entre opciones políticas con más coincidencias programáticas, como es el caso del PSOE y Unidas Podemos, que llegar a un entendimiento con formaciones más distanciadas en la propuesta de políticas públicas.

El segundo de los modelos de acuerdo está inspirado en la voluntad de algunos dirigentes del PSOE de La Palma que vieron con buenos ojos definir un reparto estratégico de áreas para PSOE y Partido Popular allí donde pudieron durante la pasada década, intención que también trató de definir posteriormente el actual secretario general de los socialistas tinerfeños, Pedro Martín, ofreciendo la presidencia del Cabildo de Tenerife a Lope Afonso, del Partido Popular, en mayo de 2023. Así se proponía desarticular la amplia red de intereses que generó Coalición durante sus más de treinta años de gobierno en nuestras instituciones, interrumpidos por el gobierno de cuatro años del propio Pedro Martín y Ciudadanos. Hoy tanto la vía de acuerdo con el PP, como la vía de acuerdo con Ciudadanos está muerta y el PSOE comienza un nuevo camino en aras del consenso y la búsqueda de soluciones a los problemas comunes, acordando con CC allí donde no tiene mayoría absoluta, como es el caso de Adeje o Candelaria. Sólo gobierna con el apoyo del nacionalismo de izquierdas en el Puerto de la Cruz, donde le falta un concejal para la mayoría absoluta. También hay pactos con CC en Tegueste, Tacoronte o Güímar.

La evolución de los sistemas políticos tiende a sólo a dos comportamientos, o bien al consenso, o bien al disenso. En ese sentido es un juego de suma cero, donde lo que gana un actor, lo pierde otro. Con este movimiento, progresistas y liberales buscan restar espacio a la izquierda nacionalista y el conservadurismo, representados hoy por Drago y Nueva Canarias, y el Partido Popular.

Cuando se dan acuerdos basados en el disenso, como lo era el del Pacto de Las Flores, se genera una dinámica de polarización política, dando complicidad y entendimiento entre las posiciones situadas en el otro lado del tablero. Esta dinámica aceleró los acuerdos entre Partido Popular y Coalición Canaria en todo el Archipiélago, que actualmente sitúa a Fernando Clavijo (CC) de Presidente, y a Manuel Domínguez (PP) como Vicepresidente de Canarias.

El ambiente político en Canarias es complejo, y la voluntad de Luis Yeray y su equipo no busca sólo la pacificación con Coalición Canaria a raíz de los acuerdos entre CC y PSOE en el Congreso de los Diputados, si no también dibujar con buena voluntad un contexto favorable para atraer a los liberales hacia unas posiciones más progresistas en la isla, que permitan que las ideas que plantea el Partido Socialista tengan más legitimidad y aúnen consensos más amplios.

Proteger a los canarios de los problemas de acceso a la vivienda, mejorar el transporte público o insistir en un mejor ordenamiento urbano que facilite la convivencia en la isla son algunos ejemplos de consensos que el PSOE necesita llevar a buen puerto en La Laguna, para lo cual necesita el apoyo de Coalición en el desarrollo una legislatura calmada marcada por el progreso y el pragmatismo. Desde la perspectiva del socialismo lagunero, este acuerdo mejora la relación del ayuntamiento con el cabildo, así como invierte la lógica de la polarización, lanzando un aviso al nacionalismo de izquierdas para que se una en una entente capaz de generar un valor institucional propio, lo cual posibilitaría acuerdos más amplios en el futuro.

El gran dilema ideológico de la organización socialista lagunera genera nuevos debates en el PSOE en Tenerife, que ahora busca entre equilibrios municipales y estatales, una mayor proyección del que hoy por hoy es la mayor garantía de futuro para alcanzar la presidencia del Cabildo Insular: el alcalde de San Cristóbal de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez.

De buen seguro qué la sociedad agradecerá el sosiego y la buena voluntad de este acuerdo ante la crispación política que tanto emana de nuestras instituciones. Además, como ocurre en Santa Cruz, quienes forman parte de la oposición, tendrán ahora la oportunidad de comprender como pueden llegar a ser más útiles en el futuro, pues si bien en política se agradece escuchar verdades rotundas, más agradable es ver con nuestros ojos soluciones que mejoren en el día a día la vida de las personas.

¿Serán capaces PSOE y Coalición de inspirar ideas para mejorar la movilidad y la accesibilidad a la vivienda en este mandato? Esta menesterosa isla necesita líderes con entendimiento y valentía para atajar las cuestiones comunes, y ya sabemos que en política sólo se llega al éxito si se es útil en entender que es lo solucionable y hasta donde la ciudadanía puede comprender tal expectativa.

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