Prosperar en época de crisis

El informe sobre el año 2022, del Consejo Económico y Social de Canarias, valora en 11.000 millones de euros la productividad de Canarias comparada con la del Estado.

El sector servicios crea un 23% menos de riqueza que en el resto del País y sus efectos sobre el PIB per cápita se hacen notar, ya que ha venido cayendo, de forma sistemática, en los últimos veinte años, debido a esa baja productividad.

A igual función, el trabajador canario genera menos riqueza, en su jornada laboral, que un trabajador de otra zona.

Para ello necesitamos actualizar los incentivos económicos y fiscales del REF, tanto en imposición directa, cotizaciones a la seguridad social o porcentajes de ayudas que se apliquen en Canarias. Cuando se aprobó el REF solo había este incentivo en España, por nuestra condición RUP y ahora hay más de media docena de autonomías tienen sus propios incentivos, o los están negociando, y Canarias pierde capacidad para la atracción de inversiones. Ni es lo mismo, ni es igual.

La eficiencia administrativa pública, el absentismo laboral injustificado, las cargas regulatorias, el aumento de la presión y carga fiscal, la necesidad urgente de un proceso eficiente de simplificación administrativa o legislativa tienen que adecuarse a la necesidad de una sociedad que quiere modernizarse y entrar plenamente en el siglo XXI.

Mientras tanto seguimos metidos en la paradoja de la falta de control de la economía sumergida, el exceso de subsidios que disuaden a muchos de ellos a evitar el mercado de trabajo, o la imposibilidad de mejorar las prácticas en empresas por parte de los estudiantes de FP o universitarios, que siguen engrosando el desempleo mientras que las empresas no consiguen el personal que necesitan.

Cerremos el círculo de la productividad y volveremos a generar  riqueza y prosperidad.

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