Pasan las oportunidades

Hemos comentado por activa y por pasiva que Canarias ha perdido gran parte de su renta porque ha dejado de ser competitiva económica y fiscalmente.

Mantiene unos incentivos extraordinarios pero sus problemas burocráticos y el retraso en la conformación de sus infraestructuras estratégicas nos han relegado hasta llegar a ser los más pobres entre los europeos más necesitados.

Las regiones ultraperiféricas son los territorios más alejados y necesitados de compensaciones, para poder competir en igualdad de condiciones con el resto del territorio continuo europeo.

Cuanta mayor lejanía y cuanta mayor población vive en las regiones ultraperiféricas, más fondos necesitan y más incentivos deben ofrecer para atraer inversiones en un mercado global muy competitivo.

Pero eso no se hace aprobando miles de millones de euros de presupuesto público, sino ejecutándolo.

Ni diseñando estrategias de alto calado publicitario, sino culminándolas en el tiempo adecuado.

Nadie invierte porque le enseñen unos panfletos más o menos bien diseñados si a la hora de poner los pies en la economía real no encuentra un fiel reflejo de la propaganda con la realidad.

Cuando un ejecutivo se centra en retrasar la jubilación para evitar pagar más pensiones, en vez de invertir en tecnología, cualificación de sus jóvenes, o en la creación de oportunidades, está disparando con salvas y no con munición real.

Cuando deja de invertir para garantizarse una tesorería más digna de la ingeniería financiera que de la modernización y reconstrucción de un territorio, entonces, incluso el punto de mira está desenfocado.

Pasan las oportunidades, que se aprovechan en otros lugares y, mientras estos crecen y prosperan, nosotros crecemos, pero nos empobrecemos.

Paradójico pero real.

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