Opinión | Retiro lo escrito

La mejor versión

Sangre, miedo, silencio y furia: Sderot despierta de la pesadilla de Hamás

Sangre, miedo, silencio y furia: Sderot despierta de la pesadilla de Hamás / Pablo Duer

Yo también he escuchado con espanto ese propósito supuestamente humilde: «Lo único que quiero es ser la mejor versión de mí mismo». Es una frase profundamente repulsiva y convenientemente inexacta. Lo sustantivo aquí –como en cualquier parte– eres tú, tus versiones y tus monsergas son simplemente adjetivas. Hay gente –muchísima gente– en los que la diferencia entre su peor y su mejor versión resulta infinitesimal. No te tomes tanto trabajo pare ser simplemente un pelmazo que procura no molestar, un huevón cuidadoso, un envidioso sonriente y lleno de cortesía. A veces la gente que se esfuerza por ser la mejor versión de sí misma es peligrosa, porque oculta limitaciones y maldades que volverán instantáneamente cuando afloje un fisco el autocontrol.

¿Cuál es la mejor versión de un activista de Hamás? ¿El que asesina niños después de cubrirlos con una mantita? ¿Cuál es la mejor versión de Yolanda Díaz? ¿La que se manifiesta a favor del pueblo palestino después de un ataque criminal contra Israel? Yo sospecho que su mejor versión es lo que parece; una política ambiciosa, sin escrúpulos ni talento, que no ha dejado una briza de izquierda por donde ha pasado en los últimos veinte años, y aquí está ahora, fuera trenkas y melenitas castañas, y me sacrifico corriendo en Waterloo para que nadie nos robe un gobierno, progresista, feminista, chachi. ¿Cuál es mejor versión de la izquierda española? ¿Pedro Sánchez? ¿Un PSOE convertida en un club de admiradores del secretario general reunidos alrededor de una idea programática insuperable: «Pedro, haz lo que tengas que hacer»?

Esta ocurrencia es como los regalos morales que, según los más lúcidos, traía la pandemia del covid-19 para todos. No sé si lo recuerdan, esa maravillosa gansada de que todos saldremos de la crisis sanitaria siendo mejores personas. Mejores sanitarios, desde luego, pero también mejores hojalateros y abogados del Estado. Sin duda: por eso ninguno de los que hemos mejorado exigimos saber cuántos muertos mató el covid el primer año de pandemia –por ejemplo– y cuantos mata en la actualidad en hospitales y centros sanitarios. Pero si ya ni siquiera se hacen campañas informativas para reforzar con nuevas vacunaciones los efectos inmunizadores. Pronto se recordará la pandemia –entre 120.000 y 130.000 muertos en España– como la llamada gripe española entre 1918 y 1921. Todos los gobiernos lo hicieron óptimamente. Ya podría sospecharse que ser mejores es sufrir la mejor de las amnesias: la que te exime de cualquier responsabilidad como ciudadano. El sufrimiento, el terror, la inseguridad y la desesperanza jamás hacen mejor ni a una sociedad ni a un individuo. De la guerra que actualmente azota Israel no saldrá mejor ni la erosionada democracia israelita ni la vida cotidiana de los palestinos.

Porque esa es la clave valorativa: la autoindulgencia. No se trata –como en el reciente pasado, más digno y menos pueril– de intentar ser mejor de lo que eres. Se trata de ser mejor de lo que piensas que eres cuando te juzgas con la dureza de una azucena. No intentas ser mejor en comparación con los demás y en un contexto moral concreto, sino mejor comparándote abstractamente con tus instantes más apocados, mezquinos o miserables. Es una forma mentirosa y ruin de pretender ser mejor. Es una pequeña farsa digna de un manual de autoayuda donde está ausente, por supuesto, la ejemplaridad porque, ¿qué ejemplo moral puede ofrecer limitarse a competir con lo peorcito de uno mismo?

El lenguaje está cada vez más infectado de simulacros verbales y de palabras falsificadas como se falsifica un Monet o un Juan Gris. Cada día es más difícil dialogar porque ni siquiera pueden confiar en que las partes implicadas estén de acuerdo sobre la materia de la que se habla. ¿Hablamos de libertad o de religión, hablamos de democracia o del poder, hablamos de cómo se erradica una organización criminal desplegada en un territorio sin tomar militarmente el territorio o de que la causa palestina nunca morirá? ¿El terrorismo es la mejor versión de un pueblo oprimido?

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