Opinión

Cristina Martín

El porno, escuela de violencia machista

La directora de porno ético Erika Lust.

La directora de porno ético Erika Lust.

La pornografía es una escuela de puteros, de maltratadores, machistas, violadores; energúmenos sin ningún tipo de empatía. De mujeres sumisas, relegadas, objetos sexuales para uso y disfrute del macho de turno, sin voluntad ni deseo ni sentimientos; secundarias, que deben ajustarse a las exigencias estéticas de esos hombres violentos y someterse a sus caprichos, por despiadados o crueles que sean. El impacto de este imaginario brutal que va calando poco a poco en las mentes de adolescentes y adultos es terrible, y se refleja en el aumento de violaciones grupales, agresiones sexuales (tanto por parte de adultos como de menores), violencia machista en todas sus manifestaciones; unas relaciones afectivas tóxicas y desiguales, basadas en la destrucción de una por parte del otro. Niños de 6 años que agreden a una niña de su misma edad en el patio durante meses (¿dónde estaban los maestros que debían vigilar el recreo, por cierto?); otros menores que extorsionan a chicas difundiendo desnudos creados con inteligencia artificial... Un estudio de la UIB revela que el 30% de los adolescentes varones tiene un consumo problemático de pornografía, y que a los 13 años ya la ven de forma habitual. Es alucinante, y terrorífico, que sea tan fácil el acceso a la pornografía (también a la más dura) por parte de los menores y que no se haga absolutamente nada para impedirlo.

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