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¿Hacia dónde vamos?

Vista del incendio en Arafo y Candelaria. MARÍA PISACA

Hace no mucho se nos paró el tiempo con el incendio de Arafo y Candelaria. El debate giró entre lo bueno que sería para los montes volver a estructuras del pasado y lo impracticable que sería prefabricar nuestras costumbres y aumentar el número de campesinos como por arte de magia. Digo «campesinos», como diría Wladimiro Rodríguez Brito, que fue quien habló de esto. En Tenerife nos gusta plantear ideas románticas de lo que somos y atajar los problemas desde la nostalgia. Somos gente afligida por un pasado glorioso.

Miren como observamos el frente de Santa Cruz cuando no teníamos esa Dársena de Los Llanos o los ojitos que se nos ponen cuando recordamos como era aquel Balneario en la costa de camino a San Andrés. Oye uno hablar incluso de lo que era el tranvía hasta Tacoronte o el respecto arquitectónico que tenía aquel monumento al turismo que queda en lo que era TEN-BEL.

Esta bonito recordar, pero más lindo es hacer. No es cierto, pero todos los problemas requieren de la intervención pública, y digo que no es cierto porque lo que hace la intervención pública, la del Cabildo Insular, es mover las acciones hacia un sentido, el sentido de insistir en el enlace Puerto-Ciudad, la de insistir en más líneas de tranvía le pese a quien le pese, o la de la declaración de TEN-BEL como Bien de Interés Cultural para dignificar el turismo de Tenerife y dar cuerpo a enarbolar hitos que ayuden a mejorar la autoestima de los tinerfeños sobre esta fundamental actividad.

El Cabildo no lo hace todo, pero desde luego que es capaz de abrir la puerta para que las cosas comiencen, y en ese sentido, siempre lo tendremos para inspirarle en como abrir las puertas del futuro de forma más nítida.

¿Hay algún plan ahí arriba?

La isla precisa de una estrategia concreta sobre varios asuntos que la implican. Cualquier medida que se tome debe guardar una lógica económica que la respalde, precisamente para hacerla sostenible en el tiempo, y que no dependamos únicamente del trabajo y el gasto público para sostener un nuevo equilibrio para Tenerife.

Concentrar la vida en las ciudades y pueblos, reducir los desplazamientos, innecesarios, rehabilitar las zonas turísticas para no crear nuevas, escarbar nuevas en formas de energía - como trata de hacer el Gobierno de Canarias con la geotérmica en La Palma - así como dar forma a nuevos acuerdos con actores clave a favor de una transición ecológica sostenida es fundamental para dar cuerpo a una isla que compartir y preservar con orgullo.

Tenerife anda encerrada en un debate estéril sobre sí misma. Un debate en el que los amigos del coche no se ponen de acuerdo con los amigos del medioambiente para tener más y mejor transporte público en la isla, un debate en el que quienes se quejan de que la mitad de los canarios cobra menos de 1000€ al mes están en contra del desarrollo de nuevas formas de economía, como representa el sector audiovisual en Canarias, con las nuevas apuestas de Newport y Kiss FM en Telde y Adeje. Necesitamos un debate fértil, y para ello hay que sacrificar algunos entretenimientos y centrarnos en lo fundamental, si es que queremos que una vida juntos merezca la pena.

Es muy poca la parte de la sociedad que confía en que se puedan arreglar nuestros problemas con las recetas que están sobre la mesa, es muy poca la confianza en las instituciones, y es muy poca la confianza en nuestro ser común. Es muy poca la confianza en lo que nos une, y eso hace mella en cada uno de nosotros, que ponemos más en valor nuestras cotizadas redes a las posibilidades de remar unidos hacia un lugar mejor. La confianza social es muy bajita y no hay visos de que los sentidos comunes se encuentren para darle cuerpo a un proyecto de isla en el que la mayoría podamos confiar.

A partir de ahí, ¿quién será capaz de nombrarlo? Urge alguien medio valiente con ganas de que nos vaya mejor a todos, alguien que desde el poder o desde la distancia al mismo sea capaz de hacernos creer que las

ideas que surgen en lo cotidiano sirven de algo, que plantee que un Circuito del Motor es compatible con un modelo turístico más inteligente, que la mejora de los servicios de Metrotenerife casa con el interés de los vecinos y de la ciudadanía, que es bueno mejorar las infraestructuras aeroportuarias, que necesitamos un carril bici y aceras entre La Laguna y El Sauzal, que hay soluciones desde lo público para mejorar nuestra soberanía alimentaria, que en definitiva hace falta que alguien se ponga manos a la obra y se acuerde de que Tenerife tiene soluciones a corto y largo plazo, y que no requieren más que de confianza en el futuro, de buen gasto público, de paciencia, de dedicación colectiva y buenas energías en pro de valorar lo sustantivo de nuestro privilegiado entorno natural en equilibrio con actividades de todo tipo que mejoren la vida material de las familias.

Ojalá nos encontremos en todo ello, pues no hay tiempo que perder en el progreso de esta isla.

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