Opinión

Tina y Bowie, juntos esta noche

Tina Turner y Cher.

Tina Turner y Cher.

Una de las interpretaciones monumentales de la historia de la canción popular enlaza literalmente a Tina Turner en cueros con David Bowie de blanco inmaculado, más pajarita. Interpretan a ambas voces el Tonight mítico de Iggy Pop. La tonada caribeña de la Iguana transmite alegría de vivir, desde la paradoja de que está dedicada a una persona muerta, como la conmovedora Lady D’Arbanville de Cat Stevens. Cuando vemos ahora a Tina y Bowie abrazados, dedicándose los versos «Te amaré hasta que me muera, te veré en el cielo esta noche», tal vez no necesitamos otras palabras para describir la ausencia mutua.

Tina, la india feroz, maltratada sañudamente por Ike, pletórica de ritmo, indomable, ambiciosa de caderas, suplicándole a su entrevistador Mike Wallace que la tratara con dulzura. Y el inhumano Bowie que da felicidad a su pareja sin recibirla, porque «nadie se mueve, nadie habla esta noche». Mientras bailan aferrados y se susurran al oído, una espectadora salva la vigilancia y sube al escenario. Se abalanza sobre el cantante para abrazarlo desgarrada, como hubiera hecho la mitad de la humanidad de haberse atrevido. Siguen danzando, siguen cantando. Impasible él, agitada ella, porque «todo el mundo estará bien esta noche».

Una canción impresionante se acaba de verificar por partida doble. Bowie y Tina se han fundido definitivamente en el polvo de estrellas de Ziggy Stardust. El andrógino diabólico y la dama apasionada, su interpretación es inagotable, una lección sobre la elegancia del primitivismo. El relato a dos cuerpos obliga a pensar que ensayaban el reencuentro que ahora se ha repetido en lo que entendemos por realidad. Lo llaman Rock Orientado a los Adultos, pero cuesta imaginar la efervescencia actual de las imágenes en red sin estos dos divos que se reinterpretan mutuamente, como dos moribundos comprometidos a que «te amaré hasta que llegue el final». Y el desenlace se precipita en tres minutos, el lapso máximo de atención antes de TikTok. Es el momento de seguir con Tina en las versiones kilométricas de Proud Mary, no toleradas para gentes woke.

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