Opinión | Ver, oír y gritar

Marc Llorente

Mas líbranos del mal

Pedro Sánchez, durante el mitin del PSOE en Valladolid.

Pedro Sánchez, durante el mitin del PSOE en Valladolid. / EFE

Los datos del empleo y, por tanto, de los cotizantes a la Seguridad Social prosperan adecuadamente. En buena medida, trabajo de calidad. Y el número de desempleados se reduce, sobre todo, entre los jóvenes. Nunca ha habido tantas personas trabajando y sin solicitar la intercesión divina de la Virgen del Rocío, como si solicitó la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, en tiempos de M. Rajoy para salir de la crisis en 2012. Todo esto no impide que la deriva ultraderechista continúe su curso con Díaz Ayuso al frente de la manifestación popular. ¡El bien! Porque el Ejecutivo de coalición progresista es «el mal» de nuestro país y de los ciudadanos. Los hechos cantan por sí solos.

Pese a los inconvenientes habidos y por haber, ya se sabe que proteger a los trabajadores y a multitud de empresas es un problema que no se puede aguantar. Servir a España es lo contrario. Ni transformación ni progreso, sino recortar aquí y allá. A quién se le ocurre la aprobación de una reforma laboral en favor de todos, pero en perjuicio, al parecer, de Núñez Feijóo y de sus colegas… Lo que debería ser motivo de satisfacción es una desgracia para ellos. Quieren librarnos de esas políticas indignas, de la decadencia y del mal personificado en el okupa y tirano Pedro Sánchez.

¡Muchas gracias por esa bondad infinita! Hay que ver lo que se están perdiendo los españoles hasta que Feijóo llegue a la Moncloa. Por eso debemos poner la primera piedra el 28 M para que luego consiga las llaves del palacio en los comicios generales y nos libere de quienes solo pretenden empobrecernos. O sea que es algo pésimo aprobar medidas que mejoran la vida del personal y que la economía española vaya bien. Naturalmente, con el voto en contra del PP, que vela mucho por nosotros, pecadores.

Lo importante, claro, es hablar fatal de España en Europa, no subir el salario mínimo o cuestionar los fondos europeos. No movilizar recursos y no mejorar la Formación Profesional, como Dios manda. Ser el principal motor económico en la Unión Europea es una intolerable infamia que los populares no deben permitir en beneficio de la gente. Y qué decir del terrible acuerdo entre empresarios y sindicatos para subir las nóminas… Dicho esto, no es oro todo lo que reluce, aunque menos reluciría el paisaje con otros.

El nuevo consenso alcanzado entre los agentes sociales no tiene efectos directos. Las subidas dependen de en qué sectores. Pero garantiza la «paz social» y es un guion para desbloquear convenios pendientes, que deberían ser justos en materia de derechos laborales. Las partes de cada uno de los ámbitos afrontarán las negociaciones buscando respuestas. No será fácil. Si el jefe de la CEOE, Antonio Garamendi, sonríe y solicita una ovación, el asunto produce cierta inquietud y podemos entender que la patronal vuelve a salir ganando. La batalla sigue, en fin, a pesar del principio de acuerdo.

Menos mal que Ayuso empuña la espada de la injusticia social. De la antiapocalipsis económica. La justicia social, los cambios y los avances son un maldito invento de la izquierda que toca las narices a los intereses de las clases dominantes, las élites propietarias de los medios de producción y que lo tienen todo, frente a las clases dominadas, que solo disponen de la fuerza del trabajo. Así que esta señora está programada para soltar disparates en cadena, deslegitimar al Gobierno compulsivamente y, de paso, sustituir a su querido Feijóo en cuanto le pueda echar el guante al cuello.

La infamia y la amenaza de derogar forman parte de la hoja de ruta. Y que España sea reconocida en el mundo, con otro Ejecutivo, les molesta horrores. ¡Lógico! Además, los malvados de Bruselas mejoran las previsiones de crecimiento para este año y con menos inflación. A propósito, el tal Sánchez quiere ayudar a la industria cultural y proponer una vida de película a los mayores de 65. No solo por la revalorización de las pensiones. Ofrece cine por dos euros una vez a la semana. La vida es una tómbola de luz y de color, y más aún en tiempos revueltos de urnas. Líbranos del mal con tu espada católica, Isabel, por favor, y que resplandezcan, cínicamente, la libertad y la democracia.

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