Opinión | A BABOR

El ‘ajuste’ herreño

El secretario general de CC, Fernando Clavijo.

El secretario general de CC, Fernando Clavijo. / Ramón de la Rocha

La Agrupación Herreña Independiente eligió a finales del mes pasado al hermano del actual presidente del Cabildo –el socialista Alpidio Armas– para enfrentarse a él y sustituirle al frente de la corporación insular. El candidato Javier Armas es maestro en Valverde, y acaba de jubilarse. Fue vicepresidente del Cabildo con Tomás Padrón, y director general del Tesoro primero, y después viceconsejero de Hacienda y Planificación del Gobierno regional, con Paulino Rivero y Fernando Clavijo. Cuando los nacionalistas tuvieron que abandonar el Gobierno, este ex taxista y periodista que acabó sacándose una plaza en un colegio volvió a su colegio a seguir dando clases. Y eso ha estado haciendo estos últimos años, además de intentar enderezar el rumbo de un partido bastante desecho por los conflictos internos, las peleas familiares y las escisiones. Sus compañeros le convirtieron en presidente de la Agrupación Herreña, y casi le forzaron a aceptar un nombramiento como candidato a la presidencia insular que parecía no querer aceptar. Fue respaldado por todos los comités locales, el comité electoral y el Consejo Político de los nacionalistas herreños y ratificado por la Asamblea del partido sin oposición. Algo chocante en una isla que en los últimos tiempos anda muy muy revuelta.

Parece que fue Tomás Padrón quien consiguió finalmente devolver las cabras al corral de la Agrupación Herreña, tutelando un acuerdo entre Belén Allende y Narvay Quintero, representantes de las dos facciones cuyo enfrentamiento estaba llevando a la Agrupación Herreña al desastre. Después de cinco años de conflictos y tensiones diagnosticadas como insalvables, Padrón logró el compromiso por una paz duradera y el entierro del hacha de guerra. El asunto se cerró simbólicamente el pasado sábado gracias a la intervención del enemigo. Dicen que no hay mejor cuña que la de la misma madera, y en El Hierro, donde todos se sienten cofrades de la tea, eso debe ser cierto, porque el enfrentamiento entre las familias de la Agrupación Herreña se cerró con la inesperada colaboración del escindido David Cabrera.

Ocurrió en un acto de homenaje al propio Padrón como fundador del partido: la Agrupación Herreña celebraba en el centro Cultural de Asabanos su 45 aniversario, agradeciéndole a Padrón su vida de entrega y servicio al partido y la isla y entregándole el título honorifico de presidente-fundador de la AHI. Al acto, que era un acto de partido y convocado por invitación, se presentó inesperadamente David Cabrera, según cuentan con una actitud provocadora que desató una considerable turbamulta. Por supuesto se le pidió que se fuera, pero el hombre se negó a abandonar la sala alegando que aquello era público, lo que hizo crecer la tensión entre él y los simpatizantes y militantes de su antiguo partido. Finalmente, fue Javier Armas quien consiguió hacerle salir, no sin la ayuda de varios de los presentes. Cabrera abandonó la reunión entre insultos y gritos, y Padrón remató después con una declaración solemne y patriótica: «Tengo el carné número uno de la Agrupación Herreña Independiente, y ese será mi único carnet siempre», dijo, desatando la emoción y los aplausos de su gente. No hay nada como identificar al adversario (incluso si hasta hace poco fue colega) para cerrar filas…

O sea, que David Cabrera, que ha jugado estos años a la indefinición, a presentarse como el hijo pródigo ante sus vecinos, y a la confusión de estar en misa y repicando, se queda en una posición más bien complicada. Tomás y los suyos le han cerrado la puerta, y esta vez ya no es una advertencia, parece que irá en serio: Quintero ya anunció hace unas semanas que no se pactará con los escindidos de la Agrupación en ninguna corporación de la isla. Es verdad que en política ese tipo de afirmaciones tan categóricas antes de las elecciones hay que tomárselas con cierta desconfianza, pero en una isla pequeña como es El Hierro, las afrentas suelen ser duraderas. Y Cabrera ha quedado ya fuera de la ortodoxia insularista, que vigila con celo Tomás Padrón. Hoy es más difícil que ayer que tras lo ocurrido en el acto del 45 aniversario, Cabrera logre un acta de diputado en el Parlamento. Su papel puede verse reducido entonces a ser la muleta del PSOE en la isla, un rol en el que no se siente cómodo y que comienza a pasarle factura entre los votantes insularistas.

Si no se produce un milagro inesperado con los votos de la emigración, la operación de Casimiro Curbelo para conseguir su cuarto diputado por la isla de El Hierro podría haber pinchado. Incluso antes de nacer…

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