Opinión | EL MUNDO POR DE DENTRO

Antonio Balibrea

El despertar de China

El despertar de China

El despertar de China

El presidente chino, Xi Jinping, «pretende hacer de China la potencia preeminente en Asia Oriental y una gran potencia en el mundo». Es el párrafo que abre el capítulo sobre China del Informe anual de evaluación de las amenazas a Estados Unidos que hacen los servicios de inteligencia norteamericanos, Intelligence Community (I.C.); dedica a capítulos a China, Rusia, Irán, Corea del Norte, al cambio climático, la salud global, y otros asuntos internacionales, como las migraciones, proliferación nuclear, etc. Este en concreto ha sido difundido el 6 de febrero de este año. La frase atribuida a Napoleón que advertía al mundo sobre el día que China despierte debe estar desfasada, por lo recogido en éste Informe. Lo que habrá que pensar y repensar son las relaciones con China; al fin y al cabo es una sexta parte de la población mundial. Los objetivos de lucha contra la pobreza del plan 2030 de la ONU se han cumplido en gran parte gracias al desarrollo chino.

Nadie puede reprochar a cualquier presidente que pretenda engrandecer su país, lo que la comunidad de inteligencia norteamericana (IC) «supone es que China utilizará estos programas e iniciativas para promover modificaciones a las normas internacionales para favorecer la soberanía estatal y la estabilidad política sobre los derechos individuales». En resumen, que la mejora de China no irá acompañada de la democratización del país o de otras regiones del mundo. Beijing continúa reforzando su capacidad de producción de armas de destrucción masiva y armas convencionales avanzadas. El Ejército Popular de Liberación chino (EPL) tiene la Armada y la Fuerza Aérea más grande de la región, continúa desplegando plataformas en el Mar de China, estableciendo instalaciones militares en el extranjero, construyendo cientos de nuevos silos de ICBM (Misiles Balísticos Intercontinentales). Desarrollando actividades espaciales de exploración de la luna, de base lunar. La estación espacial china tiene ya plena capacidad operativa. El sector espacial comercial de China está creciendo y será un competidor mundial en 2030. Tiene capacidad para operaciones contra espaciales destinadas a atacar satélites de otros países y ha diseñado capacidades antiespaciales terrestres. Esto dice el informe anual de ICBM.

En cuanto a tecnología y economía la voluntad de Beijing es utilizar el espionaje, los subsidios y la política comercial para tratar de dar a sus empresas una ventaja competitiva. Hoy día China es fundamental para las cadenas de suministros globales en una variedad de sectores tecnológicos, incluidos semiconductores (el 18% mundial en 2025), minerales críticos, baterías de iones (65%), paneles solares (mas del 80%) y productos farmacéuticos (40% mundial de ingredientes activos). «China está expandiendo y mejorando rápidamente sus capacidades de inteligencia artificial y análisis de Big Data, que podían expandirse más allá del uso doméstico». «Si Beijing temiera un conflicto importante con los Estados Unidos, es casi seguro que consideraría emprender operaciones cibernéticas agresivas contra Estados Unidos, infraestructura crítica nacional y activos militares en todo el mundo». «Casi seguro que China es capaz de lanzar ataques cibernéticos que podían interrumpir los servicios de infraestructura crítica dentro de los Estados Unidos, incluso contra oleoductos y gasoductos y sistemas ferroviarios». «China lidera el mundo en la aplicación de vigilancia y censura para monitorear a su población y reprimir la disidencia». Mientras China intenta lograr influencia- grupos de presión- a nivel estatal y local en los Estados Unidos para reducir el sentimiento antichino especialmente en materias sensibles como Taiwán, Tibet y Hong Kong. A juicio de IC las debilidades de chinas son el envejecimiento de su población, los altos niveles de deuda corporativa, la desigualdad económica y la creciente resistencia a las tácticas de mano dura del gobierno chino en Taiwán Hong Kong y otros países. La economía en desaceleración probablemente comenzará a obligar a «elegir entre armas o mantequilla», prevé el Informe, al asignar recursos para el desarrollo tecnológico y la política industrial.

Ni la dominación global de Estados Unidos ni la hegemonía de China son deseables. Vivimos inevitablemente en un mundo multipolar. Ni se puede aislar a Rusia, el país más extenso del mundo; ni a China, el más poblado; ni Europa puede aislarse, aunque algunos lo deseen, porque es posiblemente la forma de vida más envidiable por razones económicas políticas y sociales. No se puede, ni es deseable. Habrá que negociar desde la autonomía e independencia de cada bloque con unas normas internacionales que faciliten la convivencia de los distintos bloques. Es un mundo globalizado pero multipolar. Y probablemente renovar las normas que rigen la ONU.

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