Opinión | En el camino de la Historia

No tan bien como nos dicen

Ángel Víctor Torres, durante el discurso de Fin de Año.

Ángel Víctor Torres, durante el discurso de Fin de Año.

Nos anunció el presidente del Gobierno de Canarias que en este año de 2023 lo mejor está por venir y no creo que se haya referido al titulo de la canción de Frank Sinatra, «lo mejor está por llegar» y abundó en los logros sociales y económicos que la Autonomía ha desarrollado a lo largo del año que se fue.

Sin embargo, la lacerante realidad tiene otro canto y argumento cuya letra nos dice que no estamos tan bien ni lo estaremos dado que el arrastre sociológico de la incertidumbre no se despega tan así por las buenas del ambiente poliédrico y complicado que envuelve a las islas.

Pero vamos a tener algo de fe y que al fin vayamos a dejar atrás ser la tercera Comunidad del Estado con mas cifras de suicidios, siendo una de las muertes más silenciosas que se producen en numero de 208 personas al año, lo que viene siendo una muerte cada dos días. ¿Y cuáles se consideran las causas generadoras de esta angustiosa situación? Pues las altas tasas de pobreza severa (16,8%) y de desempleo (que hoy son de 17,7% pero que han estado por encima del 25%), lo que ha propiciado un caldo de cultivo de incertidumbre, ansiedad, depresión y adicciones que a largo plazo y sin una atención adecuada conducen a una profunda desesperanza de la que no hay más salida que el suicidio.

Se deduce que atender la salud mental en Canarias con 127 psicólogos públicos que ven a los afectados cada 3 meses y a veces mas se llega tarde dado que el numero es insuficiente, por lo que seguramente y dados los augurios del presidente el Plan de Salud Mental de Canarias que incluye una línea estratégica especifica dedicada a la prevención del suicidio funcione mejor que hasta ahora.

Y lo mismo, dado su entusiasmo, vamos a contar este año con hospitales dotados de los suficientes servicios y profesionales y todos aquellos que están en la puerta de la jubilación inminente, 1.153, sean reemplazados y no se aumente la falta actual de mas de 1.500 y no nos quedemos desabastecidos de los sanitarios necesarios, lo que pondría al borde del precipicio a la sanidad canaria. Así como tengamos, al fin, una lista de espera prudente y no como la quirúrgica actual de 32.918 que supone un aumento del 7,2 por ciento, de los cuales 8.158 lo hacen desde hace más de seis meses. Y que no se tenga que esperar con una cadera rota más de 10 días; o para intervenir una catarata que afecta a la visión o una hernia discal que impide manejar el cuerpo, por ejemplo, se esté en una lista para que se pueda valorar mas de 5 meses.

Y que mejorará la sanidad primaria que dado el aumento de la población ha causado estragos en su funcionamiento contribuyendo casi al colapso del sistema dado que el ritmo de adaptación de los servicios públicos primarios no es equiparable al ritmo de crecimiento de la población, donde hay 0,8 médicos por cada 1.000 habitantes, más los 11 millones de turistas que han arribado a Canarias el año pasado, los que también han consumido servicios públicos sanitarios, por lo que este numero aunque mejore la tasa estatal es insuficiente y el sistema lo sufre.

A lo mejor también todos los «sin techo», que de ellos 3.000 se encuentran en Tenerife dejen de vivir en la calle desde hace mas de 3 años siendo la segunda comunidad con el porcentaje más alto que están abandonados sin cobijo, alguno refugiados en cuevas de los barrancos, en plazas y en sitios que puedan extender su cuerpo sufriendo las inclemencias de la lluvia, el frío y todo tipo de agresiones naturales y hasta personales.

Seguramente iremos mejor y que las listas de las personas en situación de dependencia, 5.341, en espera de una residencia donde las plazas existentes no cubren una demanda al alza, lo que motiva que esa espera que dura 3 o 4 años, a veces llega demasiado tarde.

Y el futuro, pues, no será solo de los políticos que todo lo tienen a mano sino de los que malviven no por ellos en sí, sino por aquellos que producen silencios en situaciones agobiantes y gestiones deficientes en la elaboración y terminación de las mismas. Por eso habrá que hacer caso a la canción de Sinatra, el cual nos llenó en su momento de entusiasmo, y al discurso del presidente canario, que por lo que ha dicho va por el mismo camino.

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