Opinión

Maite F. Valderas

Vivamos el momento

Vivamos el momento

Vivamos el momento

¡Qué poco nos atrevemos, para lo corta que es la vida! Me gusta contar y sentir que los momentos no vuelven exactamente como los vivimos y emocionaron la primera vez. Para ello, os impulso a tener más presencia, más risas, más complicidad, bienestar y a que derrochemos mayores dosis de nuestra asertividad. Eso no quiere decir que nos convirtamos en un todo vale, pero a la vez sí convertirnos en un todo vale selectivo. Tomemos conciencia del ahora y coloquémonos en esa acción, ese disfrute o esa decisión.

Saborear la victoria, disfrutar de un almuerzo, rememorar las risas, guardar la sonrisa de alguien especial para ti y recuperarla de vez en cuando, eso es vida. Quedarte con lo bueno de cada relación, encuentro o aventura. Hacer una interpretación positiva de aquello que nos pasa, es ser inteligente; desvincular la emocionalidad del análisis y despersonalizarlo nos ayuda a entender el comportamiento de otras personas, o incluso a descargarnos de responsabilidad ante aquellas acciones que no podemos controlar. A veces, nuestras reacciones son el resultado de nuestra capacidad, costumbre o aprendizaje; y eso, podríamos trasladarlo a la interpretación que hacemos de las acciones de otras personas: quizás no sea nada personal, sencillamente es que no saben hacerlo de otra manera.

Disculparnos y aceptar nuestros errores, o decisiones menos acertadas, es un ejercicio de comprensión y facilitación para comprender a otros. Perdonarnos para perdonar, aceptarnos para aceptar, gustarnos para gustar, creer en nosotros para ser confiables.

Para penetrar en la mente de otros es necesario permear; mucho más que la visibilidad, es la permeabilidad lo que nos hace ganar, liderar, vender, acertar, llegar y ser confiables. La permeabilidad va de valores, entrenamiento, equilibrio y acción. El equilibrio es lo que nos permite ser constantes y regulares; minimizar la disonancia y ser previsibles. Ser previsibles genera una confianza tremenda en las personas, porque el ser humano necesita prever qué pasará. Si somos Marca Personal nos convertimos en personas previsibles y controlables, y a partir de ahí: «el mundo en tus manos».

Ese yin-yang es agotador, y diría que hasta destructivo. Si lo llevamos al mundo empresarial, nos lleva a realidades poco viables; y en el ámbito político a egos desmesurados y golpes de timón innecesarios en plena marejada. Recoger velas es un símil de madurez, inteligencia y liderazgo. Aplicar el silencio, cuando nuestra emocionalidad está a flor de piel, es una práctica muy saludable.

Tomar distancia, seguir nuestro instinto, y a la vez llenarnos de variables que sumen información, para nuestra decisión, será acertado. La perspectiva nos ofrece visualizar escenarios nuevos, capacidad para observar realidades diferentes, empatizar mucho más, y por consiguiente, conquistar.

Aplica la Regla 10-10-1 para tus días de decisiones complicadas, estados de desánimo o incertidumbre; esta técnica mejorará tu perspectiva y visión. La Regla 10-10-10 puede ayudarte para lograr decisiones más efectivas. Este método se basa en analizar el dilema a través de 3 preguntas: ¿cómo te verías en 10 minutos después de tomar la decisión?, ¿y en 10 meses?, ¿y en 10 años?

A veces, incluso cuestiones menores pueden conllevar igualmente grandes periodos de indecisión. Minimizar las decisiones impulsivas e inmediatas es primordial; así reduces la influencia visceral del momento.

Este método te lleva a cuestionarte la duda en planos temporales distintos; eso nos beneficia para hacer el movimiento más razonable y nos aporta argumentos para explicar nuestra elección. El plano o perspectiva a largo plazo (10 años) nos reduce el miedo como variable dominante en la decisión, y te permite visualizar y proyectarte hacía unos caminos futuros controlados por ti y enfocados para tus deseos. La sensación de control es mayor y te aporta estrategia vital y profesional.

Quizás, en el diseño y elección endogámica de las listas electorales pueda tener sentido la aplicación de este método, llevado a la proyección futura que puede aportar un candidato o candidata, unido a la motivación y pasión que pueda derrochar ante el proyecto. Eso nos dará una visión cortoplacista o a largo plazo para la conveniencia o no de esta decisión, de incorporar una persona u otra al Proyecto Político, o de la idoneidad o no de la práctica de fichajes estrella.

Sentir que las personas exitosas son personas comunes con una decisión extraordinaria.

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