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"Los arretrancos en la Educación"

Una actividad en un centro docente. | | E.D. E. D.

La Academia Canaria de la Lengua define “arretranco” como un ‘trasto viejo e inútil que estorba’, entre otras acepciones. En la isla de Fuerteventura, cada lunes de Carnaval se disfraza el majorero ingenioso y saca al mar unos objetos navegantes no identificados que flotan hasta que se hunden. Es una tradición que se lleva celebrando desde hace bastantes años. Son horas y días de trabajo empleados en preparar, con trastos viejos, un artefacto que pueda navegar el mayor tiempo posible y así ganar un concurso.

Se me vienen flashes a la cabeza de lo que sucedió no hace mucho en Fuerteventura y que se reavivan en plena implantación de la LOMLOE en Canarias, sobre todo ante un recibimiento sin ningún tipo de hostilidad por parte de la comunidad educativa isleña. Queda muy lejana la polémica que sí ha generado en las Islas Baleares…También es cierto que la educación pedagogista estaba pisando fuerte en nuestra tierra, de ahí que no pillara tanto de sorpresa una ley que vacía de contenidos la educación pública y que llevará a la creación de una clase baja inculta, lo que supondrá un claro ataque a la igualdad de oportunidades en una sociedad democrática o en un Estado de Derecho.

En el departamento de Lengua castellana y Literatura de un instituto de Fuerteventura de cuyo nombre me acuerdo, pero que por cuestiones de cariño no quiero mencionar, aparecían arretrancos por todos lados, hasta el punto de que tuvimos que pedirle a su dueña que si podía llevárselos para otro lado, pues no había espacio para crear un hábitat natural. Me habían hablado de la compañera en cuestión, aunque soy de esas personas que quieren desprenderse de estereotipos o de prejuicios; aparte de creer en que todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad.

La profesora de mi departamento compartía nivel conmigo. Ella y yo dábamos clase a los cursos de Tercero de la ESO; sin embargo, yo impartía contenidos de Lengua castellana y Literatura; ella, de ecologismo. Todos aquellos arretrancos formaban parte de su proyecto de reciclaje, un tema transversal en la LOMCE. Cada vez que tocaba informar a la jefa de departamento sobre el seguimiento de la programación, mientras yo comunicaba que acababa de dar la cohesión textual, mi compañera se llenaba la boca hablando del maravilloso trabajo de sus discentes: recortes de cartulinas, fijación de carteles, construcción de papeleras de diversos colores y los ya mencionados arretrancos. Sus pupilos se habían pasado dos trimestres del curso académico recortando, pegando, reciclando, pintando e incluso restaurando objetos antiguos.

Los pasillos del instituto se llenaban de estos objetos no identificados en unas exposiciones llevadas a cabo en uno de esos tantos días internacionales y mundiales dedicados a rendir homenaje a algo o a alguien guay, justamente antes de almacenarlos en nuestro departamento y crear otro hábitat insostenible en el interior del mismo. La labor de mi compañera de departamento fue reconocida no solo por la Directiva del centro, sino por Inspección Educativa, quien la puso como ejemplo de innovación educativa, de aplicación de nuevas metodologías de enseñanza, de empleo de las TIC al servicio del reciclaje y de su contribución a un mundo mejor.

La LOMLOE ha entrado con fuerza para mejorar los resultados académicos y luchar contra el absentismo escolar, a pesar de que se está pasando de curso a personas que no asisten al aula. Es una ley competencial y de visual thinkings que ha instruido a personas que nunca han ganado un Premio Nobel, pero que las ha formado en valores. En este sentido, también los docentes de Matemáticas llevan mandalas al aula para que sus discentes las coloreen y que de esta forma se pueda visibilizar la importancia de la afectividad y de la asertividad: una imagen vale más que mil números, en este caso.

La nueva ley de educación, en definitiva, prima la meditación y la felicidad, la creatividad y la innovación, la convivencia y la educación emocional o los valores por encima de contenidos de historia, de física, de matemáticas, de literatura o de biología.

¿Quizá se equivocaba Antonio Machado en el “Mañana efímero” cuando denunciaba “la España de charanga y pandereta”? Carnavales, arretrancos, archipencos y felicidad, porque como bien plantea Edgar Cabanas en su libro Happycracia: hoy en día importa más ser feliz que inteligente…¡Pues ya saben, debemos de poner estatuas a los tontos del pueblo que muestren su permanente sonrisa y que señalen el camino a las futuras generaciones!

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