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Jorge Bethencourt

EL RECORTE

Jorge Bethencourt

¡Herbie, a toda marcha!

El socialista Alejandro Marrero renuncia a su acta como concejal en el Ayuntamiento de La Laguna. María Pisaca

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las tablas de la Ley, el primer mandamiento ponía: “Los concejales que se quieran agarrar un pedo que lo hagan en su casa”. Pero a Moisés ya nadie le hace caso, desgraciadamente.

El responsable de Hacienda, Economía y Seguridad Ciudadana de La Laguna, Alejandro Marrero, ha terminado dimitiendo ayer a causa de un hecho escandaloso. El coche que estaba usando habitualmente apareció estampado en el municipio de Tacoronte. Y mientras tanto, casualmente, una llamada al 112 avisaba de un hombre que iba dando bandazos por el arcén de la autopista, vestido de oscuro —“casi me lo llevo por delante”, aseguró un conductor asustado— que resultó ser el propio concejal, que se iba pateando hasta su casa y que según la Guardia Civil estaba un poco “desorientado”. O sea, como un buzo en un garaje.

El asunto se complica un poco más porque el coche resultó no ser el suyo, sino uno oficial, aunque tenía una sillita para niños en el sillón trasero. Y como los niños no son miembros de la policía local, donde estaba adscrito el vehículo, es de suponer que o existe otro concejal extremadamente bajito, al que llevan en esa sillita infantil, o es que se usaba como coche familiar. Cosa que queda regular.

Alejandro Marrero, según señalaba la información de EL DIA, sostiene que le robaron el vehículo. Debió ser a punta de pistola, que es lo único que explicaría que estuviera pateando por el arcén de la autopista con grave riesgo para su pellejo. Aunque la citada versión, sabiendo que hay cámaras por todas partes, es digna del pasajero de la sillita infantil.

Lo que sí es encomiable, tanto que nos quejamos de la burocracia, es que la policía local de La Laguna acudiese rauda y veloz para recoger un vehículo que estaba en otro municipio —qué eficacia, cáspita— y llevarlo en un visto y no visto a un depósito municipal. Digo yo que para que no lo volvieran a robar, que hay mucho reincidente.

A pocos meses de las elecciones, este tipo de desafortunados incidentes pueden tener un coste imprevisible. La decisión del alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, ha sido inteligente y fulminante: Marrero ha presentado su dimisión. Y ha hecho bien, porque en su caso llovía sobre mojado. Es la mejor manera política de cortar por lo sano un asunto que, en otros terrenos, no pinta demasiado bien.

Teniendo en cuenta los precedentes de los concejales laguneros, de hoy y de ayer, en esas noches de luto en las macetas, como cantaba El Minuto, deberían tomarse muy en serio hacerle caso a Stevie Wonder: o sea, si bebes, no dejes que te roben el coche.

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