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Parece una tontería

La pregunta perfecta

Una buena pregunta es muy difícil de contestar. Flann O’Brien sostenía que «No hay respuesta posible a una pregunta buena de verdad». Me acordé de él este fin de semana, cuando leía en el sofá Yo soy Jesús, de Giosuè Calaciura, una novela narrada en primera persona por su protagonista, Jesucristo, y mi hija se me echó encima y me preguntó quién era el Jesús del título.

«Un famoso», iba a responder, para salvar el trámite, pero me pareció que Helena merecía una mejor explicación. Después de ofrecérsela, se sintió empujada por la curiosidad, y quiso saber por qué parte del libro iba. «Por aquí», y señalé el comienzo de un párrafo de la página 26. Empezó a leerlo en voz alta, con relativa fluidez.

Al instante advertí que en la segunda línea Jesucristo se refería a las circuncisiones que, por aquellos días, se hacían en el Templo. Glups. Me puse tenso. Era casi seguro que al llegar a esa palabra se detendría en seco, como ante un agujero enorme en el suelo, me miraría y preguntaría «¿Qué son las circuncisiones?».

¿Qué iba a hacer yo entonces? ¿Explicárselo, sin más? ¿Y en ese caso, en qué términos, vagos o rigurosos? ¿Y si después pretendía saber por qué algunos hombres se hacen la circuncisión: iba a abrir también el melón del judaísmo? ¿No sería mejor tirar balones fuera? Estaba ya tragando saliva como un pavo cuando, para mi alivio, Helena se equivocó y leyó «circunstancias».

Con qué poca cosa se queda uno a gusto. Ya sé, a estas alturas, que las mejores preguntas las hacen los niños. Más te vale estar preparado. No todos los días te va a salvar un error. Aunque cuando pasa, respiras hondo.

En una ocasión le oír referir a Christopher Hitchens la vergüenza que sintió un amigo que se encontraba en la misma habitación que su hija pequeña, cuando la televisión anunció que el presidente de los EEUU había mantenido sexo oral en un vestíbulo del Despacho Oval. El hombre aguantó el aliento hasta que dieron paso a otra noticia, y respiró desahogado cuando su hija se limitó a preguntar: «Papi, ¿qué es un vestíbulo?».

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