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Jorge Bethencourt

El recorte

Jorge Bethencourt

Dentelladas

El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias. A. Pérez Meca - Europa Press

Antes de asaltar el cielo, Pablo Iglesias ya tenía muy clara su relación de amor/odio con los medios de comunicación. «Lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados» soltó allá por 2013. Eso dijo el que luego trabajó en varias televisiones privadas. Ya se veía el caminar de la perrita.

Pero no solo dejó esa perla. Hay otras. «Hay quien tiene cañones, quien tiene misiles y quien tiene presentadores de televisión», dijo otra vez. «Es antidemocrático que en España los grandes medios de comunicación sean de propiedad privada de multimillonarios», dijo otra. Y la última, muy bélica: «El periodismo es un arma que sirve para disparar».

A pesar de todo, Iglesias es consciente del valor de las televisiones, que considera los nuevos parlamentos y el lugar donde más eficazmente se hace política. Básicamente porque para el líder de Podemos hacer política consiste en adoctrinar a la mayor audiencia posible para que termine aceptando y creyendo un relato: el suyo. Por eso dijo también que a él lo que le gustaría es que un partido de izquierdas ganara las elecciones «y me nombrara director de una televisión pública». Cuando se quiso quedar con la Televisión Española, en sus negociaciones con Pedro Sánchez, no estaba haciendo sino cumplir lo que ya venía avisando desde hacía mucho tiempo.

Iglesias, como Aznar, no ha terminado de marcharse. Dejó los cargos orgánicos en Podemos después del batacazo que se metió en Madrid, donde fue barrido por Isabel Díaz Ayuso, pero ha durado poco en el dique seco. El macho alfa de la manada podemita ha vuelto a sacar los dientes para lanzarle una venenosa dentellada a Yolanda Díaz, harto de que la vicepresidenta que él puso ningunee a su antigua formación política. Un cabreo que ya venía mascando desde hace tiempo y que ha terminado aireando a los cuatro vientos.

Esta vez no parece que se trate de una de sus retorcidas estrategias para conquistar titulares y ocupar informativos ofreciéndole carne fresca a los medios; una técnica donde es un verdadero virtuoso. La confrontación no parece que beneficie a esa izquierda dividida por esas tan viejas ambiciones de liderazgo. Todos dicen estar por la unidad y por el servicio al país, pero siempre y cuando ellos estén al frente de la cosa. Y ahí tienen a Macarena Olona, por la derecha, demostrando que en los dos extremos se cuecen las mismas habas.

Iglesias ha disparado justo a la cabeza de Yolanda Díaz, que en vez de sumar parece que esté restando; cada vez tiene menos tiempo y más follones. Díaz no ha entrado al trapo y en vez de llamarlo «machirulo» le ha dicho, vía declaraciones, que ella no le debe nada a nadie. ¡Cómo está la familia Monster! ¿Se acuerdan cuando entraron por primera vez en el Congreso? El tiempo es demoledor.

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